Redacción / Fotos del ministerio de Patrimonio, Actividades Culturales y Turismo de Italia.- El ministerio de Patrimonio, Actividades Culturales y Turismo de Italia anunció este sábado el hallazgo de un termopolio (especie de restaurante de comida rápida) en Pompeya. El local donde se solían vender alimentos y bebidas se encuentra en un estado de conservación “excepcional” por las cenizas volcánicas, anunciaron los responsables del sitio.
El área arqueológica de Pompeya, la ciudad destruida en el año 79 por la erupción del Vesubio, no deja de sorprender
Las autoridades culturales italianas anunciaron el descubrimiento en Pompeya de un termopolio, donde se servía comida y bebida, decorado y con aún restos de alimentos Se han encontrado nueve ánforas, un recipiente en bronce, dos frascos y una olla de cerámica
El Thermopolium de RegioV, tiene una imagen de una Nereida montando un caballito de mar; había sido excavado parcialmente en 2019 pero ahora emerge en su totalidad, con ricos frescos decorativos de bodegones, restos de comida, huesos de animales y víctimas de la erupción del Etna.
Los “Thermopolia” (la palabra compuesta proviene del griego ‘thermopōlion’, que significa comida caliente para vender) eran muy comunes en el mundo romano, y solo en Pompeya había unos 80.
En el marco negro superior sobre el perro hay un curioso grafito que dice: Nicia cinede cacator, “Nicias, maricón cagón”. El tal Nicias bien podía ser el dueño de local, un parroquiano habitual o alguien conocido del barrio. El comedero era el lugar ideal para propagar chismes e insultos.
La parte superior de la barra está llena de recipientes empotrados que podían contener vino o viandas. Se cubrían con una tapadera para proteger el producto. En uno de ellos se encontraron habas que servían para blanquear el vino.
En el local se solía servir comida a las clases más bajas de la ciudad. Se descubrió perfectamente conservado el mostrador con la imagen de una ninfa marina a caballo y otros animales con colores tan brillantes que parecen tridimensionales, han explicado.
Pero lo que más ha sorprendido a los arqueólogos es el descubrimiento de los envases con restos de esta comida que se vendía en la calle y que es el origen de la “comida para llevar”.
Los termopolios, donde se servían bebidas y comida caliente, como indica el nombre de origen griego, conservados en grandes dolia (tarros) incrustados en el mostrador de mampostería, eran muy habituales en el mundo romano, donde era costumbre consumir el prandium (la comida) al aire libre.