Redacción.- El senador priista, Jorge Carlos Ramírez Marín, quiere ser alcalde de Mérida y para ello se registró como pre candidato único para la alcaldía de la ciudad con un discurso en el que habla de grandes mansiones amuralladas mientras la mayoría de los meridanos ve desde fuera.
“No es la hora de exigir reivindicaciones, es la hora de mirar hacia adelante, de dar un paso al frente, de estar en la batalla, ¿o es que quieren dejar paso a los que ni siquiera son capaces de interpretar el sentimiento de la gente? ¿Qué hoy no son capaces de dar la oportunidad de igualar un poco las cosas? ¿Quieren seguirle dando la oportunidad a los que tienen esta Mérida encerrada en murallas de casas impresionantes, mientras todos los demás, la única esperanza que tienen es acechar a ver si ven esas casas?”
Eso sí, para no ser acusado de chavista aseguró que “la solución no es quitarle nada a nadie, sino crear oportunidades a todos, y su ciudad es la primera responsable de esas oportunidades, como las que nos dio a nosotros”.
Después pasó a las añoranzas: “¿De qué Mérida les hablaría? La que recorría con los pies descalzos hasta que la planta del pie quedaba como una melcocha, esa ciudad de todos, que de Santa Ana al Centro era completamente mía; o les hablo de esa Mérida que me vio regresar de la universidad caminando a cualquier hora de la noche, o la que conocí gracias a mi madre que daba clases acá cerca en el Colegio Mexicano, para regresar con el olor de la galletera Palma hasta nuestra casa que estaba en Santa Ana”.
Asimismo, le dio su barniz ecologista a su discurso y afirmó que “si queremos realmente que esta siga siendo una ciudad donde se respira aire limpio, tenemos que darle trabajo a la gente de las comisarías, pagarles que nos cuiden, incentivar a que cada vez se deforeste menos”.
Lo que sí dejó muy claro es que usaría el gobierno de la ciudad como ariete para enfrentarse al gobierno obradorista y hacer campaña para la gobernatura y la presidencia a favor del PRI: “Y vamos a defendernos de quien venga a imponernos obras sin el aval y consenso de los meridanos y de los ciudadanos, nadie debe estar en condiciones de arrebatarnos el derecho de decidir sobre nuestra ciudad. Esa es la Mérida que iremos dibujado a lo largo de estos días”.
Y claro, por último, dio su visión de cuento de hadas de lo que sería Mérida, si fuera bicicleta: “he visto esa Mérida donde una niña puede tener una computadora y una madre puede tener un trabajo seguro y dejar a los hijos seguros, donde un joven puede seguir en la escuela, donde esta persona puede empezar un trabajo por su cuenta, tantas veces he soñado con esa ciudad que no perderé la oportunidad de hacer que ese sueño se cumpla. ¡No nos van a parar, vamos y que Mérida sea para todos! ¡Vamos, esta es una elección para devolverle a Mérida a sus habitantes!”