Redacción.- “Fui invitado a registrarme al partido (Fuerza por México). Me registré en el partido. Hasta ahí llega”, dijo Onésimo Cepeda en entrevista. El Papa le mandó decir que no podía ser candidato a riesgo de perder el obispado y todos sus privilegios, como la renta que le paga la Iglesia.
No acepté precandidatura dijo Onésimo Cepeda; “hablé con el Papa y me dijeron que no podía”.
Asimismo, la Conferencia Episcopal Mexicana (CEM) señala que Cepeda es obispo emérito y recuerda que les “está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos, que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil”.
El Episcopado señaló que Cepeda “es miembro de la Conferencia Episcopal Mexicana, como obispo emérito de la Diócesis de Ecatepec, sin oficio eclesiástico actual, y como tal, está sujeto al Derecho Canónico vigente”.
El comunicado detalló una serie de cánones aplicables a los clérigos, especialmente a obispos y sacerdotes, entre ellos los siguientes:
Los clérigos han de evitar aquellas cosas que, aun no siendo indecorosas, son extrañas al estado clerical.
Les está prohibido a los clérigos aceptar aquellos cargos públicos, que llevan consigo una participación en el ejercicio de la potestad civil.
No han de participar activamente en los partidos políticos ni en la dirección de asociaciones sindicales, a no ser que, según el juicio de la autoridad eclesiástica competente, lo exijan la defensa de los derechos de la Iglesia o la promoción del bien común.
“¿Ustedes se preguntarán que por qué acepto yo ser candidato? La primera porque quiero a México; y la fundamental porque estoy harto de tanto pendejo que gobierna y que se sienta en curules por todos lados. Yo creo que México merece algo mejor”, afirmó el corrupto obispo emérito.