Redacción.- Rechazan acusaciones de maltrato animal la organización de propietarios y conductores de calesas de Yucatán, de las cuales circulan 75 en Mérida. Representantes aseguraron que no se maltrata a los caballos que utilizan para trabajar como afirman colectivos animalistas y activistas en defensa de los animales. Sin embargo, expresaron disponibilidad para adquirir vehículos eléctricos, los que están fuera de su alcance por lo costosos que resultan ya que cuestan más de 600 mil pesos las calesas eléctricas. Sin contar el mantenimiento.
El secretario general de la Unión de Conductores y Pequeños Propietarios de Carruajes del Estado de Yucatán, Eduardo de Jesús Echeverría Ayala, aseguró que los equinos que utilizan como animales de arrastre se encuentran todos en óptimas condiciones de salud.
Sin embargo, manifestó su disposición como organización a entablar un diálogo con las autoridades para analizar la viabilidad de la conversión de estas calesas tradicionales a vehículos eléctricos, como ya ocurre en la ciudad de Guadalajara Jalisco.
En rueda de prensa, acompañado de otros caleseros, negó que los caballos estén expuestos sin beber agua y sin control bajo el inclemente sol y en largas jornadas de trabajo, que sean sujetos de maltrato por parte de los conductores.
Aclaró que el sábado pasado, día en que se manifestaron las organizaciones defensoras de animales en contra de las calesas tiradas por caballos, decidieron no salir a trabajar para evitar enfrentamientos.
Al respecto, el médico veterinario José Blanco Molina expresó que los equinos se encuentra en estrecha vigilancia para atender cualquier incidente, enfermedad o impedimento físico.
Cuando presentan algún síntoma de enfermedad o accidente son retirados de inmediato para su atención, aseguró el médico que atiende los caballos de la organización, quien también rechazó que los equinos sean víctimas de maltrato animal.
Explicó que las calesas eléctricas son caras, ya que rondan los 600 mil pesos, cantidad que no tienen para adquirirlas eso sin contar las pilas y el mantenimiento además que de que la pandemia les ha golpeado con fuerza ya que la actividad es poco rentable, porque hay pocos visitantes nacionales en esta temporada baja de turismo. Muchos de los compañeros no hacen un solo viaje en días, lo cual es desesperante dijeron.