Redacción.- Turistas nacionales y extranjeros que acudieron a Mérida a pasar unos días de vacaciones narraron a Infolliteras.com la muy desagradable experiencia que pasaron en el hotel Mansión Mérida en días recientes, tras pagar, alojarse y descubrir el mal trato y las groserías del supuesto propietario, quien reaccionó de muy mala gana por simplemente cumplir con abrirles la puerta. En el colmo, los huéspedes narraron también a Infolliteras.com que se enfermaron del estómago de forma grave al desayunar en dicho hotel. Autoridades de turismo y de salud deberían realizar una supervisión, por lo menos, y verificar que el propietario cumpla con los turistas que pagan por venir a la capital yucateca. Las malas experiencias corren como pólvora en las redes sociales donde ya apodaron al propietario #LordHobby. A continuación el relato completo enviado a nuestra redacción y los vídeos publicados en Twitter al final de la nota:
Reservamos 4 noches de hotel en Mansión Mérida del 9 al 13 de septiembre del 2021.
Fueron 2 habitaciones para 3 personas. Nos solicitaron un pago por anticipado del
50%, y por haber hecho la reserva meses atrás nos aplicaron una promoción, de tal
manera que se pagó por noche de cada habitación un total de $3,888.
El servicio del personal en recepción, valet parking, meseros, etc. fue bueno y se
mostraron muy amables a nuestra llegada.
El gran problema, la persona a cargo o el dueño del hotel. Permítanme explicar;
teníamos una reserva de 2 habitaciones por 4 noches (prepago), el primer día llegamos
alrededor de las 4 p.m., cuando nos registramos nos informaron que el toque de
queda COVID impuesto por el municipio comienza a las 11 p.m., la puerta del hotel
estaría abierta hasta las 10 de la noche y luego habría un velador para abrir la puerta
después de las 10 de la noche. Alrededor de las 7:00 pm salimos a cenar a un
restaurante cercano para volver a tiempo. Regresamos a las 9:45 pm y para nuestra
sorpresa la puerta estaba cerrada.
Nos dimos cuenta de que junto con la llave de la habitación había otra llave con un
letrero de puerta principal, intentamos abrir varias veces sin éxito, llamamos 6 veces al
hotel y enviamos 5 mensajes de WhatsApp lamentablemente sin respuesta. Al final
decidimos tocar a la puerta.
Después de un rato abrió una persona, que parecía estar bajo los efectos del alcohol,
extremadamente molesta porque habíamos llamado. Para ser breve, esta persona
comenzó a ser soez y con actitud beligerante; intentamos calmarlo, en cambio
respondió con lo siguiente “Yo soy el dueño y recibo a quién quiero con mis propias
reglas”, “Esto es un hobby para mí, no vivo de esto”. Como no quería que siguiéramos
alojados en el hotel, le solicitamos la devolución del pago que se hizo por las
habitaciones mediante depósito bancario y tarjeta de crédito, a lo que respondió que
teníamos que irnos y que no devolvería los pagos realizados.
Hubo que llamar a la policía para tratar de resolver este asunto, quienes tuvieron
que escuchar las dos versiones y ver el video (que uno de nosotros por precaución
grabó al notar la actitud agresiva del sujeto). Uno de los oficiales tuvo que intentar abrir
la puerta para verificar que no mentíamos al decir que la llave no funcionaba. Al
comprobarlo, solicitó al representante o dueño del hotel que debía cumplir con el
contrato, y así evitar más problemas. Lo cual aceptamos dado que era muy tarde para
nosotros, alrededor de las 11:30 pm, y el supuesto dueño accedió de muy mala
manera al verse evidenciado.
Más tarde, y muy probablemente con la comida del hotel (desayunos), todos tuvimos
una infección de estómago muy fuerte, hasta el punto de tener que llamar a un
médico, el cual podemos confirmar que acudió en dos ocasiones a atendernos al
hotel. El personal nos informó de manera confidencial que esto sucedía con mucha
frecuencia al comer en el hotel, justificando que era por el tipo de cocina yucateca
“pesada” para los que no estamos acostumbrados.
Antes del último día decidimos acortar el viaje, perder el dinero ya pagado y gastar
adicionalmente para cambiar los vuelos de regreso.
Fue una experiencia sumamente desagradable que no nos gustaría que alguien más
pasara en sus vacaciones.
Guillermo Gómez