Redacción.- El sábado, mientras un grupo de parlamentarios mexicanos encabezados por los yucatecos Raúl Paz y Verónica Camino se encontraban en Roma, una multitud variopinta con fuerte presencia de organizaciones claramente conocidas e identificadas con el neofascismo y neonazismo en Italia irrumpieron en la sede de la Confederación General Italiana del Trabajo, la central sindical más importante del país de la bota.
Los neofascistas italianos del partido Forza Nova pero también de organizaciones tifosas (hinchas ultras romanos y de otras regiones de Italia), entre saludos romanos (fascistas) cabalgan el descontento de algunos sectores con las medidas sanitarias impuestas por el gobierno italiano para afrontar la pandemia de coronavirus, entre éstas, el llamado pasaporte verde o green pass el que será obligatorio a partir del 15 de octubre para poder trabajar, viajar o ingresar en restaurantes entre otros. El pasaporte verde digital se obtiene tras haber sido vacunado contra el coronavirus con las dos dosis exigidas aunque en Italia a las personas de más de 65 años se les está aplicando una tercera dosis.
Por lo pronto, el domingo 12 personas involucradas en los enfrentamientos de ayer en Roma fueron arrestadas durante la noche. Entre ellos los líderes de Forza Nuova. Entre los detenidos está el líder del partido neofascista Fuerza Nueva, Roberto Fiore, y el cabecilla de su sección romana del mismo partido, Giuliano Castellino. Este domingo cientos de afiliados y simpatizantes del CGIL se han concentrado a las puertas de distintas sedes de la central en todo el país, como muestra de rechazo al asalto.
Según reportaje del diario italiano ‘La Repubblica’, tanto Castellino como Fiore se separaron de la procesión para atacar la sede de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL).
Por lo pronto, el diputado del Partido Democrático, Emanuele Fiano, ha anunciado que presentará en las próximas horas una moción urgente ante el Parlamento “para pedir la disolución de Fuerza Nueva y los demás movimientos abiertamente fascistas”.
“Ayer es una herida democrática, un atentado a la Constitución nacido de la Resistencia, un acto que violó el mundo del trabajo y sus derechos”. Así lo afirmó el secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, al inaugurar la asamblea general del sindicato.
Por lo pronto, Forza Nova amenazó que "a partir de mañana 15 de octubre y hasta que se retire definitivamente el Pasaporte Verde, la revolución popular no parará su camino, con nosotros o sin nosotros".
El sábado unas 10.000 personas -según los medios locales- se concentraron en la Plaza del Popolo en el centro de Roma para protestar contra las restricciones de la pandemia, lanzando insultos hacia el gobierno y a la prensa a la que agredieron. Entre los grupos de manifestantes había militantes del partido neofascista Forza Nuova, como viene siendo habitual en este tipo de protestas, desde hace tiempo y como señalamos al inicio de la nota. También fueron identificados numerosos grupos extremistas de derecha conocidos por sus posturas racistas, violentas y contrarias a la democracia. Entre los manifestantes se encontraban grupos No Vax, muchos de los cuales agitan teorías de toda índole sobre el coronavirus y las vacunas.
Posteriormente representantes de la ultraderecha y de los “No Vacs” asaltaron el sábado la sede de la Confederación Italiana de los Trabajadores y también la guardia del Hospital Umberto Primo de Roma. Hoy militantes de izquierda se movilizaron y cantaron “Bella Ciao”.