Redacción.- El Vaticano y el Papa Francisco I tumban definitivamente las pretensiones de los jerarcas eclesiales nostálgicos de la misa en latín: ¿Qué hace ahora el Vaticano? Recordar, taxativamente, que no es posible celebrar los sacramentos con el misal antiguo previo a las reformas del Concilio Vaticano II. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos publicó este 18 de diciembre la respuesta a algunas disposiciones de la carta apostólica en forma de motu proprio “Traditionis Custodes” del Papa Francisco que estableció restricciones para la celebración de las Misas en latín en la forma extraordinaria previa a la reforma de 1970, usando el Misal Romano de 1962.
El Papa Francisco prohibió la celebración de algunos sacramentos según el antiguo rito en latín, en otra confrontación con los conservadores y tradicionalistas. La Congregación para el Culto Divino informó que “ha recibido diversas peticiones a fin de aclarar la correcta aplicación” de “Traditionis custodes” sobre el uso de los libros litúrgicos anteriores a la reforma del Concilio Vaticano II. “Como Pastores no debemos prestarnos a polémicas estériles, capaces sólo de crear división, en las que el hecho ritual es a menudo instrumentalizado por visiones ideológicas” sino que “más bien, todos estamos llamados a redescubrir el valor de la reforma litúrgica salvaguardando la verdad y la belleza del Rito que nos ha dado”, puntualiza la Congregación que dirige monseñor Arthur Roche. La oficina de liturgia del Vaticano emitió un documento que aclaraba algunas cuestiones que surgieron después de que Francisco en julio volviera a imponer restricciones a la celebración de la antigua misa en latín que el Papa Benedicto XVI había relajado en 2007. Francisco dijo en 2007 que estaba dando marcha atrás a su predecesor porque la reforma de Benedicto XVI se había convertido en una fuente de división en la iglesia y había sido explotada por los católicos opuestos al Concilio Vaticano II. El Vaticano repitió dicho razonamiento el sábado, diciendo que las aclaraciones y las nuevas restricciones eran necesarias para preservar la unidad de la iglesia y sus sacramentos. "Como pastores no debemos dejarnos llevar por polémicas estériles, capaces sólo de crear división, en las que el ritual mismo es a menudo explotado por puntos de vista ideológicos", dijo el prefecto de la oficina de liturgia del Vaticano, el arzobispo Arthur Roche, en una nota introductoria a la obispos del mundo. Las restricciones de Francisco respecto a la antigua misa ha indignado a sus críticos conservadores, muchos de los cuales han ido tan lejos para acusarlo de herejía y diluir la doctrina católica con su enfoque en el medio ambiente, la justicia social y los migrantes. Francisco dice que predica el Evangelio y lo que Jesús enseñó, y ha defendido las restricciones diciendo que en realidad reflejan el objetivo original de Benedicto, al tiempo que frenan la forma en que su concesión de 2007 había sido explotada con fines ideológicos.