Redacción.- El periodista español, Pablo González, sigue detenido en Polonia por los servicios secretos (Agencia de Seguridad Interna ABW, por sus siglas en polaco; Agencja Bezpieczeństwa Wewnętrznego) de ese país con la acusación falsa de ser espía del gobierno ruso. Sus abogados solicitan al Comité Internacional de la Cruz Roja que proteja a González. El periodista vasco lleva 5 días secuestrado, 100 horas incomunicado y se enfrenta a la posibilidad de 10 años de prisión. Polonia lo acusa de ser agente de Inteligencia rusa. El gobierno de España sigue sin decir nada contra este acto de censura y persecución que incluyó una “campaña de desprestigio” contra González realizada por las autoridades polacas.
El abogado del periodista detenido, Gonzalo Boye, ha denunciado el “silencio” del consulado español en Polonia y la “falta” de información. Por este motivo, y “sufriendo por el estado de salud mental” de González, ha pedido que se dé protección al periodista, tal y como establecen las Convenciones de Ginebra en caso de conflicto armado. Al periodista español le acusan de un delito de espionaje del artículo 130.1 del Código Penal polaco y se encuentra en prisión provisional en la cárcel de Rzeswów.
“En derecho no existe el limbo jurídico, y la situación y trato que está recibiendo Pablo es inadmisible , por eso solicitaremos a la CICR que, con independencia de que consideremos que se trata de acusaciones infundadas, le den a Pablo la protección que establecen las Convenciones de Ginebra en caso de conflicto armado (guerra)”, ha declarado el abogado al diario catatán El Nacional.cat .
Además, pidió “consejo” al consulado sobre la opción de dirigirse a la Cruz Roja para establecer las “bases de protección” y denunció la posibilidad de que las autoridades de Polonia no estén respetando los derechos del detenido quien se encuentra en situación de incomunicación, sin poder contactar con él ni con su familia, y siendo interrogado sin asistencia de abogado, lo que, según el letrado, solo “puede tener como finalidad la de doblegar su voluntad con fines desconocidos” hasta el momento, ya que no se le facilita información de ningún tipo.
Su abogado explicó que “básicamente, le acusan de realizar actividades para servicios de inteligencia extranjeros en contra de la República de Polonia, pero Pablo llevaba dos días en Polonia“, ha destacado. «No me queda otra que pensar que Pablo González es un prisionero de guerra», añade.
Asimismo, ha recordado que “unas semanas antes fue molestado por los servicios de inteligencia ucranianos” y que “su familia fue molestada en Bilbao por el CNI”, (servicios secretos españoles).
La esposa de Pablo González dijo al diario español Público: “Hace 16 años que conozco a Pablo. Su vocación es el periodismo. Ha estado en el frente, en otras guerras, y casi pierde la vida. Él hace periodismo, nada más”