Eduardo Lliteras Sentíes.- Desde antes de las 9 de la mañana ya estaban dejando gente en las casillas de votación, de Mérida y Kanasín, autobuses particulares, camiones del transporte público desviados de sus rutas, así como camionetas blancas marca Nissan y Mercedes (como las utilizadas para transportar turistas), para que votaran en la elección de consejeros del movimiento de regeneración nacional.
Y así transcurrió la mayor parte de la jornada, con autobuses y camionetas que dejaban gente y se llevaban a los que ya habían votado. Sin interrupciones y sin protestas, como en otros estados. Aquí, todo estaba bien planchado.
Inclusive, había quienes repartían formatos junto con copias de credenciales de elector, mientras acompañaban a los votantes en las filas, incluidas personas de la tercera edad en sillas de ruedas o con bastones. Algunas terminaron en el suelo por golpe de calor, pero lo importante era que depositaran su voto. Los operadores políticos se veían por todos lados: dentro de vehículos dando instrucciones, parados en las inmediaciones, guiando a la gente, algunos con el mismo tipo de camisetas, con logos y códigos postales. Parecía una bonita elección de los mejores tiempos del priismo, mutando de piel.
Así fue la masiva participación en Yucatán, con morenistas de corazón y convicción y con acarreo de por medio, sin que hubiera habido asambleas informativas previas, sin discusión o deliberación, para conocer qué rumbo se le pretende dar al partido en el estado, por quiénes votar, y por qué. Sin saber en la mayoría de los casos qué representan, cuál es su trayectoria como militantes de izquierda, en su lucha contra la dictadura partidista del PRIAN, a la que decía el movimiento morenista se oponía antes de convertirse en partido en el gobierno, a sus burdas prácticas electoreras, a su mapachismo, a su corrupción.
La realidad es que a las personas que se acarreó a las casillas se les aplicó el axioma foxista del votas y te vas: no les dieron ni siquiera a elegir a quiénes iban a votar, simplemente les dijeron por quién hacerlo. No se fue deliberar, a discutir, a proponer delegados que deberían llevar las propuestas a la próxima convención de morena. Nada de eso, se fue a llenar una urna y basta, de vuelta a casa.
Como se ha señalado hasta el cansancio, estamos ante el resultado, la consecuencia evidente e ineludible, de las decisiones políticas de Mario Delgado, quien decidió abrir el partido a cualquiera, con el historial político que fuera, contrario a la 4T o al mismo presidente, a sus convicciones, a la lucha a la corrupción. No importa. Gatopartismo puro.
Que venga quien quiera y se meta hasta dentro, hasta el corazón de morena. Invitaste a convertirse en parte de la nueva directiva partidista sin ningún tipo de filtros y convocaste a que llegaran los que quisieran y los que fueran, sin importar su trayectoria personal y política. El resultado ya está a la vista. Morena convertida en el nuevo PRI en Yucatán. Los alfiles del rolandismo lograron lo que se pronosticaba: los centenares de votos necesarios, como ocurrió en el distrito tres, por ejemplo, con la hasta hace poco regidora priista, Alejandrina León Torres. También en ese distrito ganó la casilla el ex secretario particular del delegado Huacho Díaz Mena: Omar David Pérez Avilés. Ambos se perfilan como consejeros, salvo que se anule la elección en esa casilla. Lo que es muy dudoso.
Observadores locales lo dicen claro: el objetivo era ponerle en charola de plata al ex gobernador Rolando Zapata Bello apoderarse de morena.
Y como señalan analistas, no “los conservadores” según el presidente, el propósito de Mario Delgado era abrirle la puerta, a los aliados políticos, muchos inconfesables: caciques, grupos facciosos, ex gobernadores o gobernadores, con el acarreo, compra de votos, relleno de urnas, listas impresas con los candidatos por los que se debería votar.
¿Esa es la transformación de la que hablan en morena? Como decía el Gatopardo, célebre novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, cambiar para no cambiar nada.
Por lo pronto, algunos especulan quién podría dirigir morena Yucatán, decisión que ya está tomada, pero que falta formalizar. En fecha por determinarse deberá escogerse a la nueva directiva. Algunos hablan de la ex alcaldesa de Valladolid, Alpha Tavera, como posible presidenta del partido. Podría ser, ya que tiene el visto bueno de Verónica Camino, con la que ha hecho buenas migas, la alcaldesa que tanto empeño puso en luchar contra el corrupto ex alcalde hoy morenista, Roger Alcocer García.
Claro, Tavera podría ser una buena fachada para el partido, mientras el manejo dietro le quinte, como dicen en Italia, es decir, tras bambalinas, se lo dejarían a los mapaches expertos rolandistas. Lo cierto, es que con ver los nombres de quienes obtuvieron el voto el domingo, ya se sabe para dónde se encamina dicha alianza política. Todo sea por volver a colocar al Equipo Yucatán en la gobernatura del estado. Y eso que decían que con el PRI nada.