Redacción.- Estamos ante una catástrofe climática y ecológica histórica. Las fugas de gas de los gasoductos Nordstream 1 y 2 sí causan graves daños al clima. Estas fugas podrían tener el mismo potencial de destrucción climática como 30 millones de toneladas de dióxido de carbono. Esto es lo mismo que las emisiones anuales de 20 millones de automóviles en la Unión Europea, advierte Greenpeace. Se trata de cuatro áreas de fuga de los dos gasoductos, uno de los cuales fue construido recientemente entre Rusia y Alemania.
El gas fósil es casi en su totalidad metano. Durante los próximos 20 años (un período de tiempo crucial para la acción climática), cada tonelada de metano emitida contribuirá al calentamiento global tanto como 84 toneladas de CO2 La fuga de gas es un desastre climático, añade Greenpeace.
Greenpeace insiste en que la infraestructura de combustibles fósiles es inherentemente peligrosa El sabotaje o los accidentes provocan fugas masivas, pero incluso el “funcionamiento normal” de los oleoductos y gasoductos y el almacenamiento provoca fugas constantes de metano, que no se denuncian en gran medida.
Como se sabe, por toda Europa los políticos advierten que el sospechado sabotaje de los dos gasoductos Nord Stream podría ser el anuncio de una nueva fase de guerra híbrida.
Desde este lunes, grandes cantidades de gas natural están llegando en el mar Báltico a través de cuatro fugas distintas en los dos gasoductos Nord Stream construidos para suministrar gas ruso a Europa. Los sismólogos registraron explosiones en aguas suecas y danesas –por las que pasan los gasoductos, cerca de la isla de Bornholm–, tanto por la mañana como por la noche de este lunes, lo que sugiere que las fugas fueron deliberadas.