Redacción.- En el marco del 8M y tras expresiones públicas de autoridades y líderes de opinión en contra de la violencia sexual contra menores y la revictimización, especialistas hicieron un llamado para evitar prácticas de violencia digital y mediática contra las mujeres y niñez mexicana, en el marco del taller de representantes de los medios de comunicación: “Hablo cuando puedo hablar: el proceso de la toma de conciencia del abuso infantil”.
Saskia de Niño de Rivera, cofundadora de Reinserta, Alberto Muñoz de la Oficina de Defensoría de los Derechos de la Infancia (ODI) y Daniela Cisneros, psicóloga de Reinserta, coincidieron en evitar la revictimización en el tratamiento y cobertura de casos de violencias contra los grupos más vulnerables para promover una cultura de paz y crear un entorno seguro para las víctimas que denuncian a sus agresores.
Saskia Niño de Rivera hizo referencia a su columna de opinión del pasado 8 de marzo con el hashtag #conlasniñasno, donde retoma el caso de Sasha Sokol expresando: “este 8M alzo la voz por todas esas mujeres que prefieren callar por miedo a ser revictimizadas y atacadas por las consecuencias de una masculinidad frágil. Y reconozco a quienes, como Sasha, hablan y denuncian para visibilizar, con su caso, el de muchas otras mujeres, a pesar de que tras su denuncia ha sido revictimizada y cuestionada públicamente”.
México es el primer país del mundo en abuso sexual de menores, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Además una de cada cuatro niñas, niños y adolescentes de 10 a 17 años afirman estar expuestos a abuso sexual en su comunidad o el entorno en el que viven, de acuerdo con la Consulta Infantil y Juvenil 2021 aplicada por el Instituto Nacional Electoral.
Los expertos expusieron que casi la mitad de los abusos sexuales a niños y adolescentes son cometidos por un familiar. Saskia Niño de Rivera reconoció como su propio caso de abuso, el de la artista Sasha Sokol y el de muchas otras mujeres ocurrieron justamente en manos de personas que tenían la confianza de su familia. Comentó, “el 74% de los agresores están en el círculo cercano de la víctima. El riesgo de denunciar les puede costar la vida”.
Es común que a las víctimas de abuso sexual infantil les lleve hasta 50 años revelar las agresiones.[1] “Las sobrevivientes hablan cuando pueden hablar, no cuando queremos que hablen. No puedes tomar conciencia de un suceso si no estás emocionalmente lista”, explicó Daniela Cisneros.
“Hay que mirar a la sobreviviente y respetar sus tiempos y decisiones. El juzgar o cuestionar a la sobreviviente reactiva la emoción de ataque y la memoria sensorial del momento en que fue violentada. Es muy grave, es volverla a violentar por completo”. Al respecto, Alberto Muñoz dijo, “es diferente contar la historia y juzgar la historia”.
El pasado 7 de marzo, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres, hizo alusión a este tema en un llamado a los medios para ejercer la libertad de expresión sin vulnerar los derechos humanos de las mujeres. Específicamente se refirió al caso de Sasha Sokol, observando que “los comentarios públicos difundidos en plataformas mediáticas y digitales sobre el caso (…) resultan en procesos de revictimización, de justificación de los actos cometidos por el agresor, de violencia continuada y de reproducción de estereotipos de género…”
Por último, informaron que 95% de las denuncias por abuso sexual en todo el país no están resueltas.[2] Alberto Muñoz describió el difícil proceso que una víctima enfrenta cuando decide denunciar. “Tenemos una base normativa suficiente para dar justicia a las víctimas, pero persisten prácticas institucionales y estereotipos sobre lo que es el abuso en los órganos ministeriales y jurisdiccionales”.