El astrónomo yucateco Eddie Ariel Salazar Gamboa informó que el próximo 12 y 13 de agosto se registrará la máxima intensidad de la lluvia de meteoritos Perseidas, mejor conocidas como “Lágrimas de San Lorenzo”, por lo que se prevé la aparición de un bólido cada 28 segundos.
Afortunadamente, en esos días, la Luna estará su fase de menguante, por lo que será mayor el espectáculo emanado de Perseo, la más copiosa del año, cuyos meteoritos tendrán una velocidad de 59.1 kilómetros por segundo.
Comentó que las Perseidas es uno de los espectáculos más interesantes del año, pues se llegan apreciar hasta 130 bólidos por hora, los cuales parten de la constelación de Perseo.
El académico del Instituto Tecnológico de Mérida (ITM) ocurre cada año, del 18 de julio al 25 de agosto, y tanto en las primeras dos semanas como en las últimas, la frecuencia es de 50 a 60 meteoritos por hora.
Comentó la importancia de este fenómeno astronómico también denominado como las “Lágrimas de San Lorenzo”, y el vínculo religioso que tiene, pues coincide con las festividades que se realizan para recordar al Mártir, quien es el santo patrono de Yobaín y Tahmek.
Recordó que hace 30 años, cuando el Papa Juan Pablo II oficiaba su misa, se observaron algunos bólidos, por lo que ésta coincidencia motivó aún más a los fieles.
“Aunque la lluvia de estrellas se desplazó un día, en Tahmek crece la devoción hacia San Lorenzo, diácono martirizado y quemado en una especie de “parrilla”, en Roma, el 10 de agosto de 258 DC, por orden del emperador Valeriano”, acotó el profesor emérito de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY).
“La lluvia de meteoroides de Perseo es una de las tres más importantes del año, por lo que junto Gemínidas y Cuadrántidas, una persona puede detectar hasta 120 bólidos que se desintegran, dejando una estela lumínica”, agregó.
Reveló que éste espectáculo astronómico tiene una antigüedad de más de dos mil años, tal como lo reportaron los chinos, sin embargo, no hay un antecedente legado por los maya, al menos detectado hasta el momento.
El coordinador del Grupo de Astronomía “Hipatia de Alejandría” del ITM mencionó que los meteoritos que se observan, se trata de ‘basura’ que un cometa dejó a su paso por el Sol, que al entrar a la atmósfera de la Tierra, se observa ese destello, y en esta ocasión, es el Swift Tuttle 1862 II.
Explicó que el nombre de Perseidas se debe a que la zona del cielo de donde parecen salir los meteoritos es la constelación del famoso héroe mítico griego, y su popularidad se debe a su intensa actividad.
Señaló que Perseo aparece por el horizonte casi a medianoche, y la mejor hora para apreciar el fenómeno es entre las 3 y las 4 de la madrugada, cuando se logra apreciar hasta 120 estrellas fugases en éste período de tiempo, las cuales entran a la atmósfera a una velocidad de 59.1 kilómetros por segundo.
El premio “Jaguar del Turismo 2020” de la Asociación Mexicana de la Industria Turística (AMIT) Yucatán abundó que “la constelación será visible a partir de la medianoche, en el sureste de la bóveda celeste, y a las tres de la madrugada, estará a 45 grados del horizonte”.
Detalló que se le puede identificar, dado que al oriente de ésta se encuentra Tauro, con su gran estrella, Aldebarán. A un costado, la constelación de Auriga. Y al norte, Casiopea.
Agrego que Perseidas es la lluvia de estrellas la más copiosa del año, se apreciará del 12 al 13 de éste mes, esperando la aparición de hasta 130 meteoritos por hora.
Salazar Gamboa indicó que recientemente, se determinó que el cometa tiene una órbita de 133 años, y de acuerdo con los reportes más antiguos, el bólido ya se acercó al menos 16 veces al Sol
Otra de las “curiosidades” que se registran en esta lluvia de estrellas es que el Swift Tuttle hizo ver a los astrónomos que estaban equivocados en la manera de calcular el período de observación de los cometas, subrayó el premio al Maestro Distinguido del Estado de Yucatán 2021.
Al principio, se calculó que el Swift Tuttle tenía un período de 125 años, es decir, se le esperaba observar en 1987, pero apareció en 1992. O sea, el traslape de cinco años se debió a que antes no se tomaba en cuenta la ley de los gases y otras peculiaridades de estos bólidos.
“La lluvia de estrellas se asocia al paso de algún cometa, el cual al acercarse o cruzar la órbita de la tierra, dejan partículas, que en algún momento conformaron parte su cola”, subrayó.
Destacó que su interés por la astronomía inició al presenciar ésta lluvia de estrellas fugaces, la cual, también ha marcado hechos históricos, tal el caso de 1993, cuando el Papa Juan Pablo II oficiaba su misa, se observaron algunos bólidos, por lo que ésta coincidencia motivó aún más a los fieles.
“La mínima presencia de meteoritos se da al anochecer y la máxima al amanecer, debido a la posición de la Tierra, así como la ubicación que tendrá dicha constelación”, remarcó.
Apuntó que los meteoritos son fragmentos, algunos del tamaño de un grano de arena, los cuales son atraídos por la Tierra, entran a la atmósfera a altas velocidades y se queman violentamente por fricción con el aire.
Normalmente, disminuyen mucho en tamaño por efecto de ese fuerte rozamiento con el aire, hasta desintegrarse, pues atraviesan la atmósfera a una velocidad de 59.1 km/seg.
La mayoría son pequeñas partículas que no sobreviven a la fuerte combustión y son evaporadas, dejando un trazo luminoso en el cielo, efecto popularmente llamado estrella fugaz.
Aclaró que la lluvia de estrellas se registra luego del paso de un cometa por Sol, el cual deja partículas flotando en el Universo, debido a su desgaste al formar su cola, cauda o cabellera.
La Tierra, al acercarse a este punto, atrae estas partículas a su centro, por lo que al entrar a la atmósfera se incendian.
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