México tiene un problema severo de reclutamiento por parte de la delincuencia organizada y no lo estamos queriendo atender, dice la organización Reinserta.
El crimen organizado en México involucra a la niñez mexicana entre los 12 y 15 años. ¿En qué país nos hemos convertido cuando es más fácil para un jóven en contacto con la violencia tener acceso a sustancias ilícitas, y encuentra en el crimen organizado oportunidades laborales, que la sociedad y el Estado tendría que ofrecer?
En el marco del Día Internacional de las Juventudes, desde Reinserta hacemos un llamado a las autoridades educativas, legislativas y de justicia en México a atender esta problemática. Sigamos apostando por transformar vidas marcadas por la violencia.
El 48.4% adolescentes en internamiento tienen o tuvieron a un familiar privado de libertad (Reinserta, 2018)
● 9 de cada 10 personas privadas de la libertad estuvieron involucradas por primera vez en alguna actividad delictiva antes de cumplir 6 años. (Reinserta, 2023)
● Aproximadamente 30 mil NNyA son reclutados a las filas de la delincuencia organizada (REDIM 2019)
● En el marco del Día Internacional de la juventudes; 74% de las y los adolescentes en conflicto con la ley tuvieron contacto con grupos delictivos en sus comunidades.
Reinserta afirma que l a delincuencia organizada en México representa una problemática que afecta cada vez más a un sector específico de la población: niñas, niños y adolescentes. Esto porque las redes organizadas han iniciado prácticas de reclutamiento con este grupo etario, empleando como catalizadores las carencias sociales, económicas, culturales,
familiares, educativas y psicológicas. Ante este panorama, esta práctica se ha convertido en un fenómeno abierto a exploración y análisis desde distintos sectores: académico,
gubernamental y no gubernamental.
Este fenómeno asentado en nuestro país ha sido explorado por algunos organismos nacionales, entre ellos, la Comisión Nacional de Derechos Humanos durante el año 2019
(CNDH, 2019). A pesar de este tipo de acercamiento, la evidencia sigue siendo escasa y aún no es posible ofrecer sustento que permita reconocerla como una problemática a
nivel nacional.
Como hemos señalado con anterioridad, Redim estimó en 2019 que hay aproximadamente 30,000 niños, niñas y adolescentes incorporados a las filas de la delincuencia organizada. Sin embargo, el acercamiento y la percepción sobre la existencia y el crecimiento de esta cifra ha sido principalmente de carácter cualitativo. Es decir, se cuenta con impresiones muy acertadas, pero sin sustento empírico, añade Reinserta.
La Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) es la organización nacional más fuerte en materia de niñas, niños y adolescentes víctimas de la delincuencia organizada. Durante los últimos años, se ha dedicado a realizar investigaciones y estudios de campo que han permitido presentar informes y publicaciones útiles como Infancia y conflicto armado en México (Redim, 2011), en donde se muestra información confiable y que se ha vuelto un punto de referencia sobre esta población (Gregor, 2011). Asimismo, se ha señalado la urgencia de que en México exista una institución encargada únicamente de brindar atención a niñas, niños y adolescentes víctimas de la delincuencia organizada, lo cual no ha sido posible debido a la falta de recursos (Gregor, 2011).
Dice Reinserta que ante la falta de datos duros precisos y de la posibilidad de recabarlos, realizamos este estudio desde un enfoque cualitativo, partiendo de la necesidad de seguir explorando el fenómeno desde nuestro rol como actores sociales. Este enfoque nos permitió explorar de forma más amplia la problemática y adentrarnos en la comprensión de las personas involucradas y su contexto. Para ello, el equipo de investigación buscó interactuar con las y los informantes de forma natural, realizar observaciones sin interferir en la estructura del propio informante y llevar a cabo una entrevista que permitiera añadir nuevas preguntas que apuntaran a satisfacer una curiosidad genuina.
El rol de nuestro equipo se centró en identificar también cómo las y los adolescentes experimentaron la realidad que vivieron y cómo percibieron esa realidad a partir de
presenciar distintos factores que les vulneraron y que propiciaron su involucramiento en la delincuencia organizada. De este modo, el enfoque cualitativo nos permitió
conocer aspectos personales de la población, su forma de vida, perspectivas, creencias y conceptos (Taylor y Bogdan, 1986, citados en Quecedo y Castaño, 2002). Además,
cabe destacar que la realización de este estudio partió de un proceso de investigación complejo que requirió una revisión sistemática de múltiples fuentes de información sobre
los diversos aspectos de este fenómeno.
Explica Reinserta que inicialmente, el levantamiento se llevó a cabo en Nuevo León en el único centro de internamiento del estado. Aquí se levantó un total de 10 casos, de los cuales 7 confirmaron haber pertenecido a la delincuencia organizada. Posteriormente, realizamos la visita a Quintana Roo, en este se llevaron a cabo 10 entrevistas; después se hizo la visita a Tamaulipas, donde se levantaron 18 entrevistas con adolescentes, de las cuales 13 pertenecían a la delincuencia organizada.
En Oaxaca, se levantaron 12, de las cuales 6 cumplían con los criterios de inclusión; en Coahuila se obtuvieron 16 entrevistas, de las cuales 12 cumplieron con las características; en Guerrero se obtuvieron 8 historias, 7 pertenecientes.
Finalmente, se levantó información en el Estado de México, donde obtuvimos 15 testimonios, de los cuales 12 formaron parte de los grupos organizados. Gracias a este levantamiento, logramos obtener un total de 67 testimonios, los cuales se presentarán a lo largo de este estudio a manera de análisis o como testimonios redactados en tercera persona.
El equipo de Reinserta visitó la zona norte del país como primera demarcación para el estudio, la cual está compuesta por tres entidades federativas: Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. En estas entidades se entrevistó a un total de 44 adolescentes hombres y mujeres, privados de la libertad en centros de internamiento para adolescentes. De esta muestra, 30 estaban relacionados con la delincuencia organizada, aunque ninguno de ellos contaba con medida de sanción por este delito. Las conductas por las que más detienen y procesan a las y los adolescentes que están relacionados con la delincuencia organizada son: homicidio; delitos contra la salud, en cualquiera de sus modalidades; portación de arma; secuestro; extorsión; halconeo, y tráfico de indocumentados. Lo anterior cobra relevancia porque permite suponer que la autoridad y el sistema de justicia no cuentan con los mecanismos ni con la capacidad para identificar los casos de niñas, niños y adolescentes involucrados en delitos de delincuencia organizada, lo cual afecta directamente las posibilidades de intervenir en la desvinculación y reinserción del adolescente a la sociedad en contextos libres de violencia.
El equipo de Reinserta dice que visitó la zona sur como tercera demarcación para el estudio, la cual está compuesta por dos entidades federativas: Quintana Roo y Oaxaca. En estas entidades se entrevistó a un total de 22 adolescentes hombres, privados de la libertad en centros de internamiento para adolescentes, de los cuales 16 estaban relacionados con la delincuencia organizada, aunque ninguno de ellos contaba con medida de sanción por este delito. Las conductas por las que más detienen y procesan a las y los adolescentes relacionados con la delincuencia organizada son: homicidio; delitos contra la salud, en cualquiera de sus modalidades; portación de arma; secuestro; extorsión; halconeo, y tráfico de indocumentados.
Lo anterior, al igual que en la zona norte, es importante subrayarlo porque permite visibilizar la falta de capacidad de la autoridad y del sistema de justicia para identificar los casos de niñas, niños y adolescentes involucrados en delitos de delincuencia organizada, lo cual afecta directamente las probabilidades de intervenir en la desvinculación y reinserción de los adolescentes a la sociedad en contextos libres de violencia.