Se trata de tierras de uso común, no es propiedad privada, dicen los líderes de quienes rechazan en el municipio de Ixil la propiedad que reclaman empresarios yucatecos de unas 400 hectáreas que dicen les vendieron hace 15 años.. En ese territorio, la población de Ixil cultiva alimentos para autoconsumo y venta y tienen un proyecto de vivero, aseguran: Es su comida y su sustento, pero también es lugar donde hay flora y fauna endémica. Asimismo, acusan a un conocido operador de despojos de tierras en Ixil de apropiarse mediante un fraude de parte de ese terreno y venderlo a un par de familias de empresarios yucatecos para construir lotes inmobiliarios y parques eólicos.
Según afirman, el conflicto inició debido a la fuerte respuesta de la población, que defendió sus tierras de cultivo y mostró documentos (Resolución Presidencial de Ampliación del ejido de Ixil firmada por el Gen. Lázaro Cárdenas el 3 de septiembre de 1937, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 4 de julio de 1939) que acreditan que se trata de tierras ejidales de uso común de Ixil. Por su parte, los representantes de las familias Abimerhi y Millet, mostraron copia de un contrato de compraventa de tierras protocolizado ante notario, según dijeron.
Al respecto, en nota anterior dimos a conocer que ya tiene un par de años el conflicto en el municipio de Ixil el conflicto por los terrenos ubicados en el los tablajes catastrales 950 correspondiente a Chunup y anexa Xculix, y el 508 correspondiente a Kansahcopó, y anexa San Bernabé -los que conforman un cuadrángulo de 324 hectáreas-.
Tras una serie de hechos registrados en el municipio de Ixil, donde ejidatarios y pobladores alegan ser los propietarios de los terrenos situados en los mencionados tablajes, intervino la fuerza pública e inclusive se utilizaron gases lacrimógenos. Según documentos mostrados a los medios, dichos terrenos fueron adquiridos hace 15 años mediante una operación de compra venta al señor Julio Eduardo Espinosa Loret de Mola. La compra venta quedó inscrita en el tomo 7, volumen A, folio 118, acta 437 del Registro Público de la Propiedad.
De tal manera, como legítimo propietario de los terrenos se ostenta el empresario gasolinero, Chikri Abimerhi, quien declaró que los mencionados inmuebles no se encuentran abandonados o baldíos, como se quiere hacer creer a la opinión pública, y sí en cambio fueron ocupados por personas ajenas a su legítimo dueño, según dijo.
Sin embargo, el grupo ejidal que rechaza dicha venta dice que dichos documentos carecen de validez alguna, dado que las tierras ejidales de uso común son inalienables, según argumenta, a pesar de que otro grupo de ejidatarios vendió las tierras, efectivamente.
Posteriormente la Secretaría de Seguridad Pública envió el siguiente comunicado. También circuló un vídeo donde se observa a una persona abordo de una mota estrellarse contra los policías:
La Fiscalía General del Estado (FGE) a través de su Unidad de Investigación y Litigación con apoyo de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), realizó un aseguramiento ministerial en el municipio de Ixil.
El auxilio policial al personal de la Fiscalía se efectuó en los tablajes 508 de la finca Kansahocop, anexa a San Bernabé, y 950 de la finca rústica Chunup, anexa a Xculix.
Con el propósito de impedir el acceso de las autoridades y así obstaculizar el mencionado procedimiento legal, arribaron más de 100 personas provistas de piedras y objetos punzocortantes, aduciendo que dichos terrenos pertenecen al ejido.
Al lugar acudió la alcaldesa Sandra Pech Chi, que fue informada por personal de la Fiscalía General del Estado, con documentos, de la legalidad de la diligencia, tras lo cual se retiró.
Un sujeto que estaba entre los rijosos, aceleró su motocicleta y se proyectó contra los policías, al tiempo que los demás manifestantes les arrojaban piedras.
De esa agresión resultaron lesionados tres policías; el motociclista se golpeó al derrapar. Todos fueron atendidos por paramédicos de la Secretaría de Seguridad Pública.
Desde predios aledaños se escucharon detonaciones de escopeta.
El cerco policiaco contuvo las agresiones y permaneció en el sitio con el fin de salvaguardar la integridad física de la población.