Foto: Vía vídeo de la Jornada.- Las autoridades mexicanas informan que el huracán Otis ha dejado 27 fallecidos y varios desaparecidos, según cifras provisionales, ya que la destrucción apenas comienza a conocerse mientras el puerto permanece aislado. Los saqueos, comunes en éstos eventos catastróficos, dieron comienzo en la ciudad con escenas de centenares de habitantes sacando todo lo que pueden de las tiendas entre la destrucción reinante.
Por su parte el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró que el Gobierno apoyará a las víctimas y a los afectados. Para ello, ha anunciado un plan de acción y varias medidas de asistencia. Lo que es un hecho, es que el aviso de que el huracán Otis tocaría Acapulco por lo menos con una categoría 4 fueron hechos con más de nueve horas de anticipación y de manera pública por el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, que lo describió como “extremadamente peligroso”, con marejadas “potencialmente catastróficas” e inundaciones costeras “potencialmente mortales”.
A la par, el resentimiento crece en los barrios empobrecidos de la ciudad, donde los residentes temían que la atención del Gobierno de México se centre en reparar la infraestructura turística, el motor económico de la ciudad, en lugar de ayudar a los más necesitados. Con una población de más de un millón de habitantes, hay familias que aún no tienen ninguna noticia de sus parientes más de un día después de que el huracán Otis destruyera barrios de zonas populares pero también hoteles y grandes avenidas que antes presumían de unas hermosas vistas hacia la playa.
El puerto turístico permanece sin electricidad, gasolina y escasa cobertura de telefonía móvil. La frustración hacia las autoridades parecía generalizada. Aunque se movilizaron unos 10.000 soldados a la zona, no contaban con las herramientas para limpiar las toneladas de lodo y los árboles caídos de las calles. Las autoridades tardaron casi todo el miércoles en reabrir parcialmente la principal carretera que conecta Acapulco con la capital del estado, Chilpancingo, y Ciudad de México. Esto permitió la llegada de docenas de vehículos de emergencias, personal y camiones con suministros.
Otis, rompió el récord de intensificación para un fenómeno similar en México por crecer de tormenta tropical a huracán categoría 5 en menos de 12 horas. Su fuerza es histórica en el Pacífico.
“En menos de 12 horas el huracán Otis pasó de tormenta tropical a categoría 5, la máxima en la escala Saffir Simpson, es decir, que de vientos de 64 kilómetros por hora creció a 270 kilómetros por hora”, expuso la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, en la rueda de prensa matutina del Gobierno.
“Lo que ocurrió el martes 24 de octubre fue algo atípico y un escenario poco probable. Se rompió el récord histórico de intensificación en México, que era de 24 horas con el huracán Patricia, en 2015”, añadió la secretaria, quien citó datos del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).
La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, a través de la Coordinación Nacional de Protección Civil (CNPC) emitió dos declaratorias, una de emergencia y la otra de desastre naturales para el estado de Guerrero; la primera orientada a Acapulco tras el paso del huracán Otis, y la seguda para seis municipios afectados por la tormenta tropical Max.
De esta manera “se activarán los recursos del Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales”, indicó el organismo de forma parte de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Érik Lozoya, también de 26 años, estaba con sus dos bebés y el resto de su familia en el hotel Hutsson de Acapulco cuando el ciclón tocó tierra. Contó a Reuters que nadie les avisó de la llegada del fenómeno, y que poco antes de que éste tocara tierra, sólo les notificaron que el acceso a la playa estaría restringido. Seguían funcionando los bares, las albercas: todo seguía normal
, expuso en entrevista telefónica.