Mientras se cumplen 15 días de la hospitalización del Papa Francisco en el hospital Gemelli de Roma, en Roma, diarios italianos dan a conocer que su teléfono podría haber sido intervenido, es decir, el Pontífice podría haber sido espiado mientras conversaba con un cura italiano que los últimos años ha sido capellán a bordo del barco de una ONG de rescate marítimo: “Mediterranea Saving Humans”.
Se trata de Mattia Ferrari, capellán católico, quien resultó víctima de ciberespionaje con un software israelí de la empresa Paragon, según dio a conocer la misma ONG Mediterranea Saving Humans.
El problema es que Ferrari es un joven sacerdote cercano al Papa Francisco, con quien el Pontífice argentino ha mantenido contacto vía telefónica con frecuencia. De hecho, el Papa ha elogiado su labor de apoyo a los migrantes. De allí que no sólo se teme que el Papa también haya sido escuchado y grabado mientras conversaba con Ferrari, sino que el mismo teléfono del Papa podría haber sido intervenido.
La intervención telefónica realizada con el programa israelita Graphite de Paragon la descubrió, curiosamente, la empresa Meta de Mark Zuckerberg, propietaria de Whatsapp, notificó a Ferrari que su celular fue objeto de «un ataque sofisticado apoyado por entidades gubernamentales no identificadas» en febrero de 2024, según un comunicado de prensa.
Cuando se dice que ataque perpetrado por “entidades gubernamentales” se refiere, obvio, a agencias de algún gobierno, ya que dichos equipos sólo son accesibles, precisamente, a gobiernos y sus agencias dedicadas al espionaje.
Se sabe que el capellán de 31 años ha participado como capellán en muchas misiones del ‘Mare Jonio’, el barco de rescate de migrantes de la ONG en el Mediterráneo central.
Y como señalamos, el Papa ha mantenido conversaciones con él en varias ocasiones, por lo que se sabe.
El diario italiano Domani, señala que Mattia Ferrari ha estado durante mucho tiempo en contacto directo con el Papa. Por lo tanto, es posible que también hayan espiado al Papa, puntualiza Domani.
Se trata del tercer miembro de la organización al que se avisa que este software similar al sistema también israelí Pegasus, el que se usó para infectar los móviles de 90 personas de varios países, la mayoría activistas y periodistas, incluidos periodistas mexicanos.
Cabe señalar que el sistema de espionaje Graphite se utilizó también para espiar a Francesco Cancellato, periodista y director del medio digital italiano Fanpage, lo que ha suscitado preocupación en Italia entre grupos de periodistas. El software, cuya utilización se permite solo a Gobiernos y agencias de seguridad estatales, se usó para espiar a siete personas en Italia, según datos del mismo gobierno italiano, el que niega estar involucrado con éste escándalo de espionaje.
Al respecto, en Fanpage se afirma “que se ha utilizado software espía -diseñado para atrapar terroristas- contra periodistas y activistas políticos, incluido nuestro director Francesco Cancellato. Un ataque sin precedentes a la libertad de prensa, al derecho a la privacidad y a la propia democracia”.
Cancellato explicó, por su parte, que en diciembre, “WhatsApp le informó que interrumpió las operaciones de una empresa de software espía que creemos que atacó su dispositivo. Este es el mensaje que recibí. Una advertencia inquietante, pero la verdadera pregunta es otra: ¿quién me espió y por qué?”
EL PAPA, LEE LOS PERIÓDICOS PERO BRONCOASPIRA
Y mientras circulan éstas noticias en los periódicos italianos, que el Papa mismo lee, ya que hoy, según la información del Vaticano, el Pontífice argentino se dedicó a leer los periódicos luego de desayunar.
Posteriormente, se informó que a primera hora de la tarde de hoy, después de una mañana alternando fisioterapia respiratoria con oración en la capilla, el Santo Padre presentó una crisis aislada de broncoespasmo que, sin embargo, le desembocó en un episodio de vómitos con inhalación y un empeoramiento repentino de su condición respiratoria.
El Santo Padre fue prontamente broncoaspirado y comenzó ventilación mecánica no invasiva, con buena respuesta al intercambio gaseoso. El Santo Padre se ha mantenido siempre vigilante y orientado, colaborando en las maniobras terapéuticas. Por tanto, el pronóstico permanente sigue siendo reservado. Así las cosas con el Pontífice. Un día mejora, otro empeora.