Redacción.- Luego de seis meses de tratamiento médico, tres tortugas marinas fueron reintegradas a su hábitat tras ser dadas de alta en las instalaciones del Centro de Estudios del Mar (Cetmar), con el respaldo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable (SDS) y en apego a la política ambiental del Gobernador Mauricio Vila Dosal.
Al caer la tarde, estudiantes y docentes del Cetmar, junto con personal de la dependencia y el apoyo logístico de la Secretaria de Marina Armada de México (Semar), comenzaron las labores para preparar a estos animales, que fueron hallados con distintos daños y lesiones en zonas de la costa yucateca.
Para ser reintegradas al mar, tuvieron que pasar una revisión especial que garantiza que pueden alimentarse por sí mismas en un entorno natural y que médicamente están aptas para sobrevivir, razón por la cual su recuperación fue seguida de cerca.
El traslado del sitio donde se llevó a cabo su rehabilitación al embarcadero de la Marina fue más complejo de lo que parecía, ya que por la notable mejoría en su estado de salud, los acorazados tenían más fuerza en sus movimientos y se mostraban ansiosos al sentir la brisa del océano.
Los ejemplares reintegrados al mar fueron una tortuga de la especie carey hembra en edad adulta de 45 centímetros de caparazón, la cual fue atendida por situación de varamiento en la zona de Chuburná Puerto y presentando cordeles de pesca enredados en el cuello.
El otro correspondió a una de la especie verde en edad juvenil de 32 centímetros de caparazón, también en situación de varamiento, solo que ésta en fue rescatada en Chelem, con huellas y lesiones que corresponden a un golpe de lancha.
Por último, se regresó a otra de la familia carey en edad juvenil de 17 centímetros de caparazón, que fue reportada y encontrada por la comunidad de Progreso. Su diagnóstico reveló una alteración notable en el calor corporal con características de temperatura baja. Los tres ejemplares son considerados como especie en peligro de extinción.
Por tratarse individuos de distintos tamaños, se utilizó diferentes técnicas para su traslado a la embarcación y con ayuda de todas las instancias mencionadas, se logró un reingreso exitoso al mar, frente a las costas de Progreso.
El bote de la Marina que llevó a los especímenes recorrió una distancia de siete millas náuticas para liberarlos, pues se determinó que ese lugar cuenta con características favorables para la reintegración y adaptación adecuada de los quelonios a su hábitat, permitiendo su desarrollo y posterior crecimiento.
Aunque llegaron en diferentes circunstancias, permanecieron ?hospitalizadas? cerca de seis meses bajo la estricta observación. ?Llegaron en una condición baja de peso y con deshidratación?, se explicó.
Para su rehabilitación, se les hizo un chequeo diario y se les alimentó dos veces al día, a fin de verificar cuánto consumen y, obviamente, si su estado clínico requiere de antibioterapia o de cualquier otro tratamiento consecutivo.