Redacción .- La confirmación de que en nuestro país permanece el manuscrito legible más antiguo de América, es un hallazgo digno de compartirse con el mayor público posible. Por ello, la exposición Códice Maya de México llega al Museo de Guadalupe, en Zacatecas, “demostrando así el carácter pluricultural de la nación que habitamos y el poder unificador del patrimonio cultural”, sostuvo el antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Al inaugurar la muestra, el titular del INAH expresó a los asistentes que el montaje resulta una oportunidad única: “Lo que tienen aquí es una exhibición extraordinaria que aborda este gran descubrimiento, producto de una investigación interdisciplinaria; así como un legado valiosísimo, el cual representa la recuperación del pasado de la cultura maya, misma que también nos lleva a entender a los mayas del presente”.
Acompañado de José Francisco Román Gutiérrez, director general del Instituto Regional del Patrimonio Mundial en Zacatecas, el antropólogo reiteró que Códice Maya de México. Eslabón, fuente y testigo, la cual permanecerá hasta los primeros meses de 2020 en el Museo de Guadalupe, abre un diálogo “entre el México del norte y el del sur, entre el México mestizo y el indígena, entre el México maya y el náhuatl, el cual enriquece nuestra diversidad”.
Destacó que se trata de un montaje incluyente e innovador, pensado para las necesidades de todo público. Con la serie de exposiciones “Una pieza, una cultura”, a la que pertenece esta muestra —dijo—, el INAH inició una manera distinta de exponer el patrimonio cultural, la cual permite hacer múltiples lecturas y en varios niveles, sobre los conocimientos que alcanzaron las antiguas civilizaciones que poblaron lo que hoy es México.
“Lo anterior permitió desarrollar estrategias de comunicación multimedia, espacial y de inclusión sensorial. Esto favorece a todos los que la visiten, particularmente a quienes tienen algún tipo de discapacidad. Por ejemplo, débiles visuales pueden escuchar los contenidos de la muestra en cada módulo; asimismo, se dispone de cédulas en Braille y módulos táctiles que reproducen las imágenes del códice; pantallas colocadas a una altura adecuada para quienes recorran la instalación en silla de ruedas; además de elementos visuales que explican los videos en Lengua de Señas Mexicana”.
Diego Prieto se congratuló que el INAH siga festejando su 80 aniversario, llevando muestras de esta envergadura a recintos de primer orden localizados fuera de la Ciudad de México. En este sentido, destacó que el Museo de Guadalupe, dirigido por Rosa María Franco, es de los más importantes del país.
Juan Manuel Garibay, titular de la Coordinación Nacional de Museos y Exposiciones (CNME) del INAH, comentó que itinerar estas exhibiciones de gran calidad “permite hacer de los museos del INAH, una gran red”. Sin contar que todos los contenidos de Códice Maya de México están también disponibles en la dirección: codicemayademexico.inah.gob.mx.
Señaló que esta exposición, desplegada en los 300 m2 de la Sala de Exposiciones Temporales del recinto zacatecano, no desmerece a su puesta anterior en el Museo Nacional de Antropología. Las bondades de esta narrativa museográfica —continuó— debían compartirse, por esa razón, y en virtud de que el documento original no puede salir de la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, se decidió elaborar un facsímil.
Dicha réplica fue elaborada en papel amate, por artesanos de San Pablito Pahuatlán, Puebla, y a partir de fotografías en alta resolución tomadas dentro del Proyecto Institucional de Investigación Códice Maya de México (emprendido por la CNME, con la participación de expertos de la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad de Colorado, en Estados Unidos), se reprodujeron los 10 folios del códice prehispánico, datado entre 1021 y 1154 de nuestra era.
Tras los acordes de la Banda Sinfónica de Guadalupe y de las danzas del Ballet Huauhtli, la comitiva —integrada también por el secretario de Turismo de Zacatecas, Eduardo Yarto; el presidente municipal de Guadalupe, Julio César Chávez Padilla; y Carlos Augusto Torres, director del Centro INAH Zacatecas—, recorrió la exposición.
Las curadoras, la restauradora Sofía Martínez del Campo Lanz y la arquitecta María del Pilar Cuairán Chavarría, detallaron que la instalación se compone de cinco módulos. El primero, es una introducción en video al tema de los códices, el cual explica qué son y cuál era su importancia en la antigüedad.
El segundo apartado presenta una breve proyección sobre las discusiones académicas en torno a la autenticidad que por casi cinco décadas rodearon al Códice Maya de México, antes conocido como Grolier, debido a la originalidad de su estilo y al desconocimiento de su procedencia.
La tercera parte señala el contexto histórico del Posclásico Temprano, 900-1200 d.C., periodo al que pertenece el manuscrito, y ayuda “al público a familiarizarse con el estilo maya-tolteca de la época, para que aprecie la influencia recíproca que existió entre ambas culturas”, destacó Martínez del Campo.
El siguiente apartado se centra en la cosmogonía de la obra, sus rasgos estilísticos y el significado de sus ilustraciones, las cuales conforman un calendario adivinatorio vinculado con el ciclo de Venus. En esta sección —detalló Pilar Cuairán—, se presentan los folios animados en gran formato y se facilitan tabletas electrónicas en las que el público puede consultar la identidad de las deidades, los elementos iconográficos y las acciones representadas en cada folio.
Finalmente, el quinto módulo pormenoriza los estudios de datación, materiales, entomología, iconografía, microscopía electrónica, caracterización químico-mineralógica, morfometría, cronología y estilo, entre otros, que probaron la autenticidad del Códice Maya de México.
La muestra, que se prevé arribe a otros recintos del norte de la República, permanecerá en el Museo de Guadalupe (Jardín Juárez s/n, en Guadalupe, Zacatecas) hasta los primeros meses de 2020. Horario: martes a domingo, de 09:00 a 18:00 horas. Acceso con boleto de entrada al museo, excepto estudiantes con identificación vigente, menores de 13 años, personas con discapacidad, jubilados y adultos mayores con credencial del INAPAM. Los domingos la entrada es libre para público nacional y residentes extranjeros con identificación oficial.