El Secretario General de la ONU, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras agencias especializadas hicieron este miércoles un llamado urgente a los países para que, respetando el derecho a la libertad de expresión, desarrollen planes que promuevan la información basada en la ciencia y prevengan la difusión de información falsa y peligrosa sobre el COVID-19, según dicen.
“Tan pronto como el virus se extendió por el mundo, los mensajes inexactos e incluso peligrosos proliferaron enormemente en las redes sociales, dejando a la gente confundida, engañada y mal aconsejada”, declaró António Guterres durante un evento celebrado en el margen de la 75ª sesión de la Asamblea General convocado por la OMS.
Guterres reiteró que la pandemia no es solo una emergencia de salud pública, sino de comunicaciones, y que es fundamental asegurarse de que los datos basados en la ciencia circulen más rápido y lleguen a todas las personas.
“Esto será especialmente crítico a medida que trabajemos para generar confianza pública en la seguridad y eficacia de las futuras vacunas COVID-19. Necesitamos una “vacuna para las personas” que sea asequible y esté disponible para todos”, expresó.
El director de la OMS, Tedros Adhanom Gebreyesus, reiteró una vez más que la desinformación pone en peligro la salud y la vida de las personas.
“Para combatir la pandemia necesitamos confianza y solidaridad y cuando hay desconfianza, hay mucha menos solidaridad. La información falsa está obstaculizando la respuesta a la pandemia, por lo que debemos unir fuerzas para combatirla y promover el asesoramiento de salud pública con base científica. Los mismos principios que se aplican para responder al COVID-19 se aplican a la gestión de la infodemia. Necesitamos prevenirla, detectarla y darle respuesta, juntos y solidariamente”, recalcó.
La Organización, aclaró, define una “infodemia” como una abundancia excesiva de información, tanto en línea como fuera de línea. Incluye información precisa, errónea y desinformación.
“Demasiadas personas se han hecho daño basándose en falsedades, automedicándose con productos químicos tóxicos o medicamentos peligrosos. Otros no han tomado las precauciones que deberían tener”, agregó.
Tedros explicó que la información falsa también ha aumentado la estigmatización, que se convierte en una barrera para que quienes lo necesitan busquen atención.
“En algunos casos, ha provocado violencia contra los trabajadores de la salud, las personas o los grupos vulnerables, como las minorías o los refugiados”, dijo.
A lo largo de la pandemia, la OMS ha trabajado con numerosas empresas de medios y tecnología, como Facebook, Google, Instagram, LinkedIn, Messenger, Pinterest, SnapChat, Tencent, TikTok, Twitter, Viber, WhatsApp, YouTube y otras para contrarrestar mitos y rumores con evidencia confiable.
“Como saben, la OMS está ahora involucrada en un esfuerzo mundial para desarrollar una vacuna. Sin embargo, incluso si tenemos éxito con la ciencia, la vacuna más eficaz fracasará si el público no confía en ella”, advirtió Tedros.