Redacción.- El senador Jorge Carlos Ramírez Marín emprendió medidas para que las autoridades mexicanas protejan y den a conocer las acciones que realizan para preservar diversas especies de caracoles, en especial, el llamado “caracol rosado” cuya existencia se encuentra amenazada.
En la sesión de la Comisión Permanente del Congreso que se realizó de manera virtual, Ramírez Marín presentó un Punto de Acuerdo en el que exhorta a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) y a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) a que informen las acciones que han realizado para proteger éstas especies, pero también a que de manera inmediata refuerce la vigilancia en la comercialización de restos de fauna marina y piedras de los litorales costeros, en especial, del “Strombus Gigas o caracol rosado”.
De acuerdo al texto presentado por el político yucateco, esta especie de caracol se encuentra entre las especies amenazadas de la Convención de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (CITES, por sus siglas en inglés), y su desaparición tendría efectos devastadores en el ecosistema marino de la Península de Yucatán.
La calidad de las costas yucatecas fue calificada por el Laboratorio Nacional de Resiliencia Costera, como “regular”, en un aspecto general, sin embargo, se ubica como “mala” en los casos de Progreso, Chicxulub y Telchac; “regular” para Celestún y Sisal; y sólo Dzilam de Bravo, San Felipe y Río Lagartos se encuentran en el rango de “buenas”, de ahí la urgencia de tomar medidas inmediatas para que los niveles no sigan degradándose.
“El caracol rosado se alimenta de alga y detritus en su edad adulta, mientras que en su juventud, se alimenta de pasto marino y microalgas. En ambas etapas contribuye a la salud del ecosistema, influyendo en la productividad béntica y regulando el pasto marino”, detalla Ramírez Marín en el texto.
Por otra parte, el legislador explica que el objetivo número 14 de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), establece que las naciones deben “conservar y utilizar sosteniblemente los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”.
En aras de proteger el patrimonio natural de las costas mexicanas, de acuerdo a la Convención de Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres y a la Agenda 2030, Ramírez Marín presentó el Punto de Acuerdo que será analizado por el Congreso para su aprobación.