Redacción / Didier Madera .- Durante 2021, la Península de Yucatán fue una de las regiones del país más afectadas por las zoonosis, enfermedades transmitidas de animales al hombre, con un notable crecimiento de la leptospirosis y la cisticercosis, así como también se caracterizó con la reaparición de la triquinosis.
Asimismo, la teniasis mostró un retroceso, de cerca del 40 por ciento, mientras que la brucelosis se mantuvo en “tablas”, pues el número de casos fue similar con respecto al año anterior.
Las zoonosis son todas aquellas enfermedades que en condiciones naturales se trasmiten de los animales vertebrados al hombre, y el ejemplo más conocido es la rabia, la cual, al menos en México desde hace varios años no hay casos de transmisión de esta mortal enfermedad por parte de mascotas.
Afortunadamente, al menos en Yucatán, de 1998 a la fecha no hay incidente se rabia en humanos, transmitida por gatos o perros infectados.
El control de la rabia es una de las prioridades en salud pública debido a que esta es una enfermedad aguda y mortal que afecta al sistema nervioso central, causada por un virus presente en los líquidos de personas o animales como son perro, gato, murciélago, zorrillo, zorros, tlacuaches bovinos y equinos.
Además que tienen una multiplicidad de riesgos y afectan principalmente a las poblaciones más vulnerables.
La zoonosis es aquella enfermedad microbiana o parasitaria que afecta a los animales y puede infectar a las personas, la cual es transmitida tanto por animales caseros como silvestres.
En 2021, en el país se registraron mil 260 casos de enfermedades zoonóticas, con un aumento del 2.8 por ciento con respecto año anterior, cuya suma fue de mil 226 infectados de brucelosis, cisticercosis, leptospirosis, teniasis y triquinosis.
En la Península de Yucatán, el incremento es del 16.7 por ciento, al pasar de 60 casos a 70, lo que representó el 5.6 por ciento del total nacional.
A nivel regional, en Yucatán ocurrió el mayor número de infectados, exactamente la mitad del total de casos, y en menor medida quedó Campeche.
En Yucatán aumentaron las patologías zoonóticas, en 24.4 por ciento durante el año pasado, cuando en 2020 fueron 34 las personas infectadas, mientras que en 2021 fueron 35.
Teniasis
De las cinco patologías, la teniasis fue la más frecuente, pero la que más disminuyó, tanto en la República de México como a nivel regional, y Yucatán no fue la excepción.
La teniasis es una infección intestinal causada por la forma adulta de grandes tenias, causada por el consumo de carne de cerdo.
Las manifestaciones clínicas de la infección por la Taenia solium adulta son variables, pueden incluir nerviosismo, insomnio, anorexia, pérdida de peso, dolores abdominales y trastornos digestivos.
La teniasis suele ser una infección no letal, salvo las molestias causadas por segmentos de gusanos expulsados por el ano, muchas infecciones son asintomáticas.
La infección intestinal en los seres humanos es consecuencia de la ingestión de carne de cerdo cruda o mal cocida, con el desarrollo posterior del gusano adulto en el intestino.
En México se registraron 131 casos en 2021, con una disminución del 5.1 por ciento, y en 2020 fueron 138, y en Yucatán, el diagnóstico disminuyó en 50 porcentual, al pasar de 28 a 22 infectados.
La patología se detectó en 27 estados, y Yucatán representó el 16.8 por ciento del total nacional.
Cisticercosis
Por otra parte, la cisticercosis fue la enfermedad que más creció a nivel regional, y en menor medida ocurrió en el país, pero en Yucatán hubo un decremento.
La teniasis y la cisticercosis son enfermedades causadas por el gusano Taenia solium, la primera se origina cuando el humano consume carne de cerdo cruda o sancochada con cisticercos viables, desarrollándose el parásito adulto o solitaria en el intestino delgado.
Pero, la cisticercosis se adquiere por la ingesta de huevos provenientes de un individuo con teniasis, los cuales alcanzan su desarrollo a larvas o cisticercos en diferentes órganos y tejidos; en el sistema nervioso central ocasiona la enfermedad denominada neurocisticercosis.
La patología se presentó en 26 entidades federativas, y Yucatán estuvo entre las 10 con mayor incidencia, lo que representó el 0.7 por ciento del total de México.
En el país fueron 143 casos confirmados ocurridos en 2021, con un aumento del 30 por ciento, en comparación con el año anterior, cuando el acumulado fue de 110, y en la Península, el crecimiento fue 350 porcentual.
En Yucatán, la problemática decreció en 50 por ciento al pasar de dos contagiados a uno, la cifra más baja e tres años.
Triquinosis
Asimismo, luego de un año de ausencia en la Península, reapareció la triquinosis, patología derivada de la ingesta de un cerdo infectado, el cual no se detectó a tiempo el problema, ya que en ocasiones, son animales de patio, por lo que no cumplen con las condiciones fitosanitarias adecuadas.
Con la mala preparación de los alimentos, es mayor la probabilidad de propagación de este parecimiento, el cual es provocado por la invasión de las larvas de triquina en los músculos del organismo.
La triquinosis es una enfermedad parasitaria producida por el microorganismo Trichinella spiralis, el cual invade los tejidos musculares y provoca diarreas severas y dolor muscular, entre otros síntomas.
En el país se registraron 26 casos, distribuidos en 11 entidades federativas, con un aumento del 52.9 por ciento, y en la región fueron seis los infectados.
Brucelosis
En México, la zoonosis más frecuente fue la brucelosis, con 798 infectados, mientras que en la Península fue la tercera, con 14 contagiados.
Incluso, mientras que a nivel nacional disminuyó en 7.1 por ciento, a nivel regional fue nulo, pues en 2020 también fueron 14 casos.
Sin embargo, en Yucatán, el incremento fue del 300 porcentual, al pasar de un infectado a cuatro contagiados.
La patología se detectó en todas las entidades federativas del país y Yucatán se ubicó en el lugar 25 de la tabla de incidencia, con el 0.5 por ciento del total nacional.
De las zoonosis atendidas en la Secretaría de Salud, es la segunda en importancia, afecta a varias especies de mamíferos domésticos en especial grandes y pequeños rumiantes los cuales a través de su leche contaminada pueden infectar al hombre, por lo que se considera una zoonosis.
La presencia de la brucelosis en el humano se relaciona con la existencia de esta zoonosis en los animales, en especial con rumiantes productores de leche, la cual desde que se obtiene ya está contaminada, la opción para reducir el riesgo de transmisión ha sido la pasteurización.
El abordaje en la atención de este problema de salud pública y animal comprende tres ámbitos de intervención; la atención médica para la población que enferma, la prevención y control en el ganado y la regulación sanitaria en la obtención leche y en la elaboración de los lacticinios, actividades que se normalizan en diferentes disposiciones legales según su ámbito de competencia.
La enfermedad tiende a la baja y se vincula con los determinantes relacionados con la contaminación de leche y lacticinios con brucella, obtenidos de ganado enfermo, que consume un sector de la población.
Leptospirosis
Finalmente, la leptospirosis aumentó en la Península en 300 por ciento, y a nivel nacional fue del 58.8, pues en 2020 fueron 102 y en 2021 llegó a 162.
En Yucatán pasó de tres casos a siete, se fue a la alza en 133.3 por ciento, y a pesar de ello ocupó el octavo lugar de la tabla nacional de incidencia, con el 4.3 porcentual del país.
Según la SS federal, es una enfermedad infecciosa causada por la bacteria del género Leptospira que se puede contraer al tener contacto con orina o líquidos corporales de animales infectados que pueden ser perros, animales de granja o salvajes.
Después de la infección, las leptospiras se encuentran en la sangre e invaden prácticamente todos los órganos y tejidos, por lo que esta afección se diagnostica mediante análisis sanguíneo y el tratamiento consiste en la administración de antibióticos.
Los síntomas de esta enfermedad aparecen en promedio 10 días después del contacto e incluyen: boca seca, fiebre, dolor de cabeza, muscular, salpullido, ojos enrojecidos, ictericia (piel amarilla) o vómitos.
En muchas ocasiones, es difícil diagnosticar esta infección debido a que es posible que por sus síntomas, se confunda con otros padecimientos.
Asimismo, es posible que se presenten complicaciones si no se recibe el tratamiento de manera oportuna, principalmente daño renal