Redacción / Didier Madera- . En México se necesita que los espacios educativos y académicos sean inclusivos para poder ejercer de forma libre y responsable la sexualidad, afirmó el especialista del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav), Luis Enrique Pérez Méndez, al remarcar la importancia del respeto hacia las personas con orientación sexual diferente.
“Los episodios de violencia verbal dirigidos a la comunidad LGBTQIA+, han servido como detonador político para desarrollar el activismo por la defensa de los derechos y romper con los estereotipos imaginarios que se formulan en torno a las personas que formamos parte de esta diversidad sexual”, señaló al presentarse en el Seminario Cinvestav de Igualdad y Género.
El docente en la Universidad Abierta y a Distancia de México realizó su ponencia con el objetivo de sensibilizar sobre la experiencia de un sector de la población cuya trayectoria se ha enfocado en el reconocimiento de derechos humanos y civiles ante distintas violencias.
Debido a la falta de sensibilización, desigualdades, violencia y discriminación a la que son susceptibles tanto la población en general como la comunidad LGBTQIA+ (Lesbiana, Gay, Bisexual, Trans, Queer, Intersexual, Asexual y más), se busca que los espacios educativos y académicos sean inclusivos y seguros para poder ejercer de forma libre y responsable la sexualidad.
En este sentido, el papel de la educación debe promover que se reconozca su carácter de humanidad, crear espacios seguros y pacíficos para la expresión de la identidad, reforzar la idea de cómo se relacionan de forma sexo-afectiva e implementar acciones positivas para un espacio en pro de los derechos humanos y libre de violencia.
Como parte del avance a este reconocimiento, el activista aplaudió la iniciativa del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) de realizar un censo para conocer más sobre esta parte de la población, mostrar su posicionamiento al respecto y brindar formación sobre los conceptos de género.
La identidad de género surge a partir de la concepción de una persona sobre sí misma, el encontrar ese equilibrio entre cómo se siente o percibe y el cuerpo con el que cuenta, acotó.
Comentó que cuando no existe este balance, se toman decisiones sobre su presentación ante la sociedad, bajo la idea de que el género no está determinado por la biología, sino que es una construcción social que constantemente se conforma de significados.
Por otra parte, se encuentra la orientación sexual, es decir, la capacidad de cada persona de sentirse atraída sexual y emocionalmente por otra de cualquier género. En este contexto se origina la comunidad LGBTQIA+.
Con el fin de que las personas pertenecientes a este sector encuentren representación dentro de las instituciones educativas, Pérez Méndez hizo algunas recomendaciones, entre las que se encuentran: crear una estrategia donde se resalte la presencia de organización estudiantil y de esta forma crear incidencia, empoderar para promover la inclusión, reconocer a los integrantes de la diversidad y establecer proyectos para el involucramiento de las partes y lograr una convivencia pacífica e integrativa.