Redacción / Foto: ONU.- El cultivo de coca se disparó un 35% de 2020 a 2021, una cifra récord que responde tanto a la expansión del cultivo de la planta como a las mejoras en el proceso de transformación de la hoja de coca en clorhidrato de cocaína, informó este jueves la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). La cantidad de esta droga elaborada en 2020 dobló la producción de 2015
Según un nuevo informe publicado hoy por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la producción mundial de cocaína se ha disparado drásticamente en los dos últimos años tras una desaceleración inicial causada por la pandemia del COVID-19.
El Informe Mundial sobre la Cocaína 2023 de la ONU detalla cómo el cultivo de coca se disparó un 35% de 2020 a 2021, una cifra récord y el aumento interanual más pronunciado desde 2016. El aumento se debe tanto a la expansión del cultivo de arbusto de coca como a las mejoras en el proceso de transformación de la hoja de coca en clorhidrato de cocaína.
El fuerte crecimiento de la oferta ha ido acompañado de un aumento similar de la demanda, y muchas regiones han registrado un incremento constante de los consumidores de cocaína en la última década. Aunque el mercado de la cocaína sigue bastante concentrado en América y partes de Europa, el informe advierte de que existe un gran potencial de expansión en África y Asia.
No obstante, las interceptaciones de cargamentos de cocaína por parte de las fuerzas del orden de todo el mundo también han aumentado considerablemente, y las incautaciones alcanzaron la cifra récord de casi 2000 toneladas en 2021.
En su informe sobre cocaína correspondiente a 2023, la UNODC subrayó que este aumento de la oferta ha ido a la par con la demanda de la droga y con la diversificación de los sistemas de distribución, que incluyen los servicios de correo y el transporte marítimo.
Destacó además que si bien el mercado se concentra en América y Europa, el potencial de crecimiento en África y Asia es enorme.
El informe señala que Colombia sigue dominando las rutas de tráfico hacia América del Norte, donde la mayor parte de la cocaína proviene de ese país. Sin embargo, las rutas hacia Europa han evolucionado. El papel dominante de los puertos de Colombia como punto de partida parece estar disminuyendo, y los traficantes transitan cada vez más su producto por Centroamérica y otros países de Sudamérica.
La cocaína procedente de Bolivia y Perú se transporta cada vez más a través de la ruta del Cono Sur, por Paraguay y la hidrovía Paraná-Paraguay. Los grupos delictivos, a menudo procedentes de Brasil, utilizan aviones para cruzar la frontera y luego barcos por el río hasta el Atlántico.
La directora ejecutiva de la UNODC, Ghada Waly, declaró que el aumento de la oferta de la droga debería poner al mundo en “alerta máxima”, y llamó a los gobiernos y otras instancias a examinar detenidamente las conclusiones del informe para determinar cómo se puede hacer frente a esta amenaza transnacional con respuestas transnacionales basadas en la sensibilización, la prevención y la cooperación internacional y regional.
Alerta máxima
El aumento de la oferta mundial de cocaína “debería ponernos a todos en alerta máxima”, declaró la directora ejecutiva de la agencia de la ONU, tras dar a conocer todos estos datos.
“El potencial de expansión del mercado de cocaína en África y Asia es una realidad peligrosa. Insto a los gobiernos y a otras instancias a que examinen detenidamente las conclusiones del informe para determinar cómo se puede hacer frente a esta amenaza transnacional con respuestas transnacionales basadas en la sensibilización, la prevención y la cooperación internacional y regional”, afirmó Ghada Waly.
Potencial de crecimiento enorme
Según el informe de las Naciones Unidas, en los mercados de cocaína establecidos, la proporción de la población general que consume la droga es elevada.
“Pero estos mercados sólo cubren una quinta parte de la población mundial. Si la prevalencia en otras regiones aumenta hasta igualar a los mercados establecidos, el número de consumidores crecería enormemente debido a la gran población subyacente”, advierte.
Este tipo de convergencia de los mercados ya se ha producido en Europa occidental y central, donde los niveles de pureza y los precios se han armonizado con los de Estados Unidos, aunque la prevalencia del consumo de cocaína en aquellas regiones aún no ha alcanzado el nivel de ese país.
Países bajos, nuevo centro de distribución
El informe de las Naciones Unidas examina la aparición de nuevos centros de tráfico de cocaína, señalando que los países del sureste de Europa y África -en particular los de África Occidental y Central- se utilizan cada vez más como zonas clave de tránsito de la droga.
Por su parte, los puertos del Mar del Norte, como Amberes, Rotterdam y Hamburgo, han eclipsado a los tradicionales puntos de entrada en España y Portugal de la cocaína que llega a Europa Occidental. Los traficantes también están diversificando sus rutas en Centroamérica enviando cada vez más cocaína a Europa, además de a Norteamérica.
Las modalidades de los traficantes de cocaína también se examinan en el informe, cuyas conclusiones muestran que el panorama delictivo se está fragmentando en una miríada de redes de tráfico.
Nuevos actores en Colombia…
La desmovilización de los combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que hasta entonces controlaban muchas de las regiones cocaleras del país, abrió el camino a otros actores locales, ex guerrilleros de las FARC o incluso grupos extranjeros de México y Europa.
Además, el informe revela que han proliferado los llamados “proveedores de servicios”, es decir, grupos especializados que prestan sus servicios en todas las fases de la cadena de suministro a cambio de una comisión.
“Estos grupos extranjeros no pretenden hacerse con el control de territorio. En cambio, están tratando de hacer que las líneas de suministro sean más eficientes. Su presencia contribuye a incentivar el cultivo del arbusto de coca y a financiar todas las fases de la de suministro”, asegura el informe.
…y Sudamérica
Colombia sigue dominando las rutas de tráfico América del Norte, donde la mayor parte de la cocaína es colombiana. Sin embargo, las rutas hacia Europa han evolucionado. El papel dominante de los puertos de Colombia como punto de partida parece estar disminuyendo, y los traficantes transitan cada vez más su producto por Centroamérica y otros países de Sudamérica.
La cocaína procedente de Bolivia y Perú se transporta cada vez más a través de la ruta del Cono Sur a través de Paraguay y la hidrovía Paraná-Paraguay. Los grupos delictivos, a menudo procedentes de Brasil, utilizan aviones para cruzar la frontera y luego barcos por el río hasta el Atlántico.
Crack en Europa
El consumo de cocaína crack sigue una tendencia al alza en varios países de Europa Occidental, según datos sobre personas que buscan tratamiento por primera vez.
Aunque su consumo estaba bien documentado en el Reino Unido, ahora aparece una mayor incidencia en los países de Europa continental, concretamente en Bélgica, Francia y España, que registraron aumentos abruptos en el número de consumidores que iniciaron tratamiento a partir de 2017 o 2018. Italia también mostró un aumento lento pero constante.
Medios de distribución
Otro dato revelador del informe es que el uso de servicios de paquetería y mensajería aumentó significativamente durante los cierres relacionados con COVID-19, debido a que durante las restricciones de los vuelos de pasajeros, los traficantes no podían confiar en para transportar la droga en los aviones.
Algunos países de África Occidental han observado un significativo aumento del contrabando de pequeñas cantidades de cocaína a Europa y otros países a través del correo, mientras desde Costa Rica se ha constatado el tráfico hacia Asia, África y Europa con la droga oculta en mercancías como libros, imágenes religiosas y piezas de repuesto de vehículos.
La agencia de la ONU señala que, aunque la pandemia puede haber acelerado la tendencia, los traficantes ya habían incrementado el uso de los servicios de correo internacional para introducir cocaína en Europa, mientras los datos de España y Argentina apuntan a un descenso a largo plazo del uso de mulas de droga en vuelos de pasajeros. Ambos países registraron casos de grandes envíos en equipajes no acompañados.