En Campeche se cumplen cuatro días de paro de labores de policías que exigen la renuncia de la secretaria de seguridad, Marcela Muñoz, y de otros 6 mandos de la Secretaría de Seguridad Pública de dicho estado. La petición que ya fue rechazada por la gobernadora Layda Sansores, quien afirmó que ella no irá a entrevistarse con los policías en paro (unos 800 elementos) y les dijo que “vaya su mamá”. Hay que puntualizar que los policías a pesar de la protesta siguen realizando rondines con apoyo de ciudadanos que les están entregando víveres y gasolina.
La protesta inició en la madrugada de hace cuatro días luego de que ocurrió un motín en la cárcel de San Francisco Kobén: algunas mujeres policías resultaron heridas y fueron amenazadas de ser violadas por los reos. En efecto. El viernes 15 de marzo de 2024 se registró un motín en el penal de San Francisco Kobén, que dejó un saldo de al menos 33 heridos. De acuerdo con los reportes, la mayoría de los afectados por los disturbios al interior del centro penitenciario fueron policías estatales.
La inconformidad se desató desde el viernes 15 de marzo a consecuencia de un operativo donde 22 elementos del agrupamiento femenil y ocho policías resultaron heridos después de que intentaran sacar a ocho internos para trasladarlos al Centro de Readaptación Social de Michoacán.
El motín comenzó cuando los elementos de seguridad realizaban un operativo, cuya finalidad era el traslado de 8 reos a otras cárceles del país. Cerca de las 4 de la mañana de este día, un grupo de oficiales de la Secretaría de Protección y Seguridad Ciudadana (SPSC) de Campeche, fueron agredidos por internos del penal de San Francisco Kobén.
Sin embargo, la titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, Ligia Rodríguez Mejía,señaló que se atiende el caso de los policías, principalmente el de las mujeres y aseguró que no hubo lesionados graves y ninguna mujer violada.
La gobernadora insistió en que no cesará a Marcela Muñoz quien es señalada de impericia y corrupción.
Cabe mencionar que otros policías de municipios campechanos se están sumando a la protesta.
De tal manera hasta el momento no existe un solo canal de diálogo oficial entre las autoridades y los policías inconformes.
Por el contrario, muchos agentes aseguran haber sido objeto de amenazas e intimidación para desistir de su movimiento de protesta bajo la advertencia de que, en caso de no hacerlo, podrían ser denunciados por sabotaje, entre otros delitos.