Las fuerzas de ultraderecha avanzaron notablemente en las elecciones europeas en el viejo continente. En particular en Países Bajos, Austria, Alemania y Francia, la lista ultraderechista llamada de Agrupación Nacional barrió a sus rivales y en el caso de Francia obligó al presidente francés, Emmanuel Macron a convocar elecciones anticipadas. De tal manera, Macron anunció la disolución de la Asamblea Nacional y convocó a elecciones generales anticipadas, tras perder las elecciones en el Parlamento Europeo contra el partido de Marine Le Pen por más del doble de los votos.
Macron acaba de disolver la Asamblea Nacional y convocó elecciones ante la contundente victoria de la ultraderechista Le Pen en Francia. La derecha soberanista de Marine Le Pen arrasó en Francia consiguiendo más de un tercio de los votos: el 34%. Macron se hundiría por debajo del 15%.
Al cabo de una hora, Macron pronunció un discurso nacional y anunció que disolvería el parlamento francés y celebraría elecciones parlamentarias. La primera ronda se llevará a cabo el 30 de junio y la segunda el 7 de julio, dijo Macron.
Asimismo, en Italia, la presidente del consejo, Georgia Meloni y su partido, arrasaron en las elecciones del Parlamento Europeo con 36% de los votos. De tal manera, la Unión Europea gira a la ultra derecha. La italiana Meloni, el húngaro Orban y la francesa Le Pen se posicionan como las principales fuerzas de la ultra derecha en Europa.
La lectura de estos comicios deja un escenario poco favorable Macron ya está muy debilitado y a duras penas consigue sacar adelante sus reformas. Abre más el camino a Marine Le Pen de cara a las elecciones presidenciales de 2027, cuando Macron ya no se podrá presentar. La líder de extrema derecha ha suavizado su discurso, mucho más duro con la inmigración y contra Europa hace unos años.
El analista español Paco Arnau (@ciudadfutura) explica con claridad el avance de la extrema derecha: Con lo que fuera la izquierda europea prácticamente destruida (el caso de España es evidente y paradigmático), allá donde hay izquierdas relevantes claramente posicionadas contra la OTAN, éstas avanzan o mantienen posiciones: Bélgica, Eslovaquia, Alemania. Donde hay partidos de extrema derecha críticos con la OTAN, éstos suben (Alemania y Austria, por ejemplo, además de una parte de la coalición gubernamental en Italia); en países con extrema derecha otanista, ésta baja (Finlandia). En los países donde sólo hay ultraderecha como Polonia, la ultraderecha gana (sorprendente). En tres de los países europeos grandes con gobiernos nítidamente pro OTAN y pro Régimen ultraderechista de Kiev, casos de Francia, España o Alemania, éstos se estrellan en las urnas (Francia y Alemania) o quedan subcampeones (España). El relato oficial de la “ola reaccionaria” es simplista y parcial además de cínico. Los europeos no quieren ir a una guerra con Rusia ni asumen el ‘diktat’ de la OTAN y castigan a unos gobiernos que llevan meses contándonos que hay que prepararse para la guerra y por tanto han incrementado el gasto militar por orden de Washington al tiempo que hay cada vez más pobreza, caen los salarios y desguazan los últimos restos del llamado Estado del Bienestar. Hay un patrón en todo lo anterior que sirve para enfocar perspectivas de futuro. Reconstruir una izquierda real que recupere el antiimperialismo y defienda los intereses de la clase trabajadora, hoy huérfana de opciones en España, es la única alternativa frente al bloque reaccionario representado por la derecha clásica y el neoliberalismo pseudoprogresista gubernamental.