“Plebiscito” en Roma por Francisco / Unas 400 mil personas se volcaron en la Ciudad Eterna, en el Vaticano, para el último adiós / Sus llamados constantes a la paz, al desarme y en favor de los migrantes, fueron destacados en la homilía
Un auténtico "plebiscito" (como dijo el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re) es el que se vive en Roma y el Vaticano a favor del Papa Francisco en éstas horas de luto, sepelio y adiós al Pontífice argentino en la Ciudad Eterna. Durante la homilía en Roma, el cardenal Battista Re, recordó la oración del Papa durante su viaje a México en 2016 en la frontera con Estados Unidos, en recuerdo de los migrantes muertos. Escuchando con su traje azul -no negro, como prescribe el protocolo del Vaticano- estaba el presidente estadounidense, Donald Trump, quien ha hecho de la demonización de los migrantes un eje de su política. Battista Re no se detuvo allí, y citó al Papa argentino y sus cuestionamientos de la construcción de muros entre naciones, como el que ha edificado Trump entre su país y México. Otra bofetada al presidente estadounidense durante la homilía en Plaza San Pedro, en la que Battista Re hizo un recuento breve del testamento político, social y espiritual del Papa difunto.
En efecto. Según estimaciones de las autoridades italianas 400.000 ciudadanos se volcaron en la ciudad de Roma para acompañar al Papa Francisco, Jorge Mario Bergoglio, en su último viaje por el centro de la ciudad, un hito histórico porque desde el fin de los Estados Apostólicos no se veía algo parecido: los restos de un Pontífice recorriendo las calles de la capital de la República Italiana.
Esa fue una jugada maestra del Papa Bergoglio quien en el adiós de éste mundo vano sigue enviando mensajes y evangelizando, con su ataúd de madera y su tumba sencilla, con una simple lápida a nivel del suelo. Son miles los que en estas horas, ya enterrado el Papa, siguen haciendo cola en Santa María la Mayor, para ver la sencilla lápida del Papa. El último viaje del Papa por las calles del centro de Roma, algo no visto al menos desde el fin de los Estados Apostólicos, es también una conquista del Papa argentino de la capital italiana, la que precisamente apenas acaba de celebrar el 25 de abril, fecha que conmemora la entrada de las tropas italianas a Roma a través de la Porta Pia en 1870, lo que marcó el fin del poder temporal de los Papas. Este evento, conocido como la brecha de Porta Pia, fue un punto crucial en la historia italiana y llevó a la unificación del país, y el fin del poder de los Papas Reyes.
El recorrido de unos 7 kilómetros del Papa ayer desde Plaza de Pedro hasta la iglesia Santa María Mayor, en el corazón del centro histórico de Roma, estuvo escoltado por personas y fieles que le dieron el último adiós a su ataúd transportado por una camioneta una camioneta Dodge Ram blanca, con placas del Vaticano, que fue donada por el entonces gobierno de México, de Enrique Peña Nieto, tras su visita apostólica en 2016.
A ambos lados del camino se vio a un mar de personas que vieron en el Papa Francisco un mensajero de paz y humildad, un hombre que supo acercar la iglesia a los marginados de nuestra sociedad. Como dijo Giovanni Battista Re ante los poderosos del mundo (dejados bajo el sol de la primavera en Roma durante las largas horas de la ceremonia) fueron "innumerables sus gestos y exhortaciones a favor de los refugiados y desplazados. También fue constante su insistencia en actuar a favor de los pobres".
Durante la homilía en el Vaticano --precedida por el encuentro entre el presidente Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, a los que se vio sentados cara a cara en el atrio de la Basílica de San Pedro en el Vaticano, negociando-- Giovanni Battista Re recordó el mensaje constante del Papa a favor de los migrantes, tema que tanta molestia causa en la actual administración de la Casa Blanca: "Es significativo que el primer viaje del Papa Francisco fuera a Lampedusa, isla símbolo del drama de la emigración con miles de personas ahogadas en el mar. En la misma línea fue también el viaje a Lesbos, junto con el Patriarca Ecuménico y el Arzobispo de Atenas, así como la celebración de una Misa en la frontera entre México y Estados Unidos, con ocasión de su viaje a México".
No se pueden olvidar los insistentes llamamientos a la paz del Papa tanto en Ucrania como en Gaza, donde llegó a cuestionar la destrucción de hospitales, escuelas, el asesinato de civiles.
Citado en la homilía del cardenal Giovanni Battista Re el mensaje insistente de Bergoglio, a lo largo de todo su pontificado, a favor de la paz, fue acogido con fuertes aplausos en Plaza San Pedro: "Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones, el Papa Francisco elevó incesantemente su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar soluciones posibles, porque la guerra —decía el Papa, acotó Battista Re— no es más que muerte de personas, destrucción de casas, hospitales y escuelas. La guerra siempre deja al mundo peor de como era en precedencia: es para todos una derrota dolorosa y trágica".
Battista Re hizo énfasis en el mensaje del Papa contra la construcción de muros (como el que ha construido Donald Trump entre México y Estados y como muchos otros que se han edificado alrededor del mundo para dividir naciones): “Construir puentes y no muros” es una exhortación que repitió muchas veces y su servicio a la fe como sucesor del Apóstol Pedro estuvo siempre unido al servicio al hombre en todas sus dimensiones.
La foto del presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, con los presidentes francés, Emmanuel Macron, el ministro británico, Keir Starmer y el presidente Donald Trump en la basílica de San Pedro antes del inicio de la homilía en San Pedro el sábado, habría sido una última victoria del Papa ya fallecido y del Vaticano, al cosechar tal imagen y mensaje enviados alrededor del mundo, al concitar a esos gobiernos a dialogar por la paz, a pesar de la ausencia del presidente ruso, Vladimyr Putin. El otro gran ausente fue el presidente de Israel, Benjamín Netanyahu, así como la destrucción de Gaza y de su población civil. Sobre ese tema, tan importante para el Papa Francisco con su defensa constante de la comunidad católica que sobrevive a los bombardeos escondida en la única iglesia católica en Gaza, en la parroquia que encabeza el padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino, a quien el Papa llamaba todos los días cuando le era posible.