Eduardo Lliteras Senties, Ciudad del Vaticano, Roma.- El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los principales referentes de la Teología de la Liberación, condenado al ostracismo en 1985 por el Vaticano durante el pontificado de Juan Pablo II por su libro “Iglesia, carisma y poder”, dijo sobre el cónclave en curso que la CIA (Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos) está trabajando con los sectores ultra conservadores del catolicismo estadounidense ligados a Donald Trump, para extorsionar a los llamados cardenales progresistas con información personal recopilada por los espías de dicha agencia, los que están operando en éstos días en Roma.
El teólogo y ex sacerdote brasileño, uno de los padres de la Teología de la Liberación, a quien el Vaticano le ordenó callar dos veces –pero sólo aceptó el primer silencio y acabó abandonando la Iglesia, no la fe— dijo que en el cónclave habrá ultra-conservadores como los cardenales Robert Sarah de Guinea, el cardenal Leo Burke de USA y el cardenal Gerhard Müller de Alemania que postula una Iglesia extremadamente conservadora, una verdadera cisterna de aguas muertas.
Leonardo Boff, uno de los principales ideólogos de la teología de la liberación, fue condenado, en 1985, a 18 meses de silencio penitencial por Juan Pablo II, en plena cruzada contra los partidarios de esta doctrina según la cual la Iglesia tiene como misión luchar contra la pobreza. Amenazado con nuevas sanciones, este teólogo franciscano dejó el sacerdocio en 1992.
BOFF, LA CIA METE LAS MANOS EN EL CÓNCLAVE
Boff quien explicó cómo fue expulsado de la Iglesia Católica durante el pontificado de Juan Pablo II, expresó: “Fue más que un juicio, fue un proceso judicial. La Iglesia tiene que predicar al interno, también. Hay derechos humanos que no se respetan, las mujeres son invisibles y los laicos son marginados”.
“Ratzinger fue profesor mío, publicó mi tesis y me obligó a que me siente en la silla de Galileo Galilei. Yo hice reverencia a esa silla y el cardenal se puso furioso. El resultado del juicio fue mi silencio absoluto. Fue muy duro, porque mi arma es la palabra”.
Respecto al cónclave dijo: Refiero tales eventos siniestros porque estamos en el contexto de un Cónclave de Cardenales, reunidos para escoger al sucesor del Papa Francisco. No seamos ingenuos: allí dentro, encerrados con llave, pese a la presencia misteriosa del Espíritu Santo, emergen también conflictos.La pelicula Conclave lo muestra muy bien. En cierta manera son naturales, porque la Iglesia Católica como institución religiosa no se organiza en torno al libro de los Evangelios, sino en torno a la sacra potestas (poder sagrado).
En el Cónclave, afirmó Leonardo Boff, reverbera también el tema del poder. Hay ultra-conservadores como los cardenales Robert Sarah de Guinea, el cardenal Leo Burke de USA y el cardenal Gerhard Müller de Alemania que postulan una Iglesia extremadamente conservadora, una verdadera cisterna de aguas muertas. Están en contra de todas las reformas hechas y oficiales. Hay un buen número de conservadores que se empeñan en mantener las estructuras de la Iglesia como están, con la marginación de las mujeres y la obediencia de los demás cristianos. Les gustaría volver a la misa en latín con el sacerdote de espaldas al pueblo. Para asombro general, hay también una organización conspiratoria Red Hat Report financiada por católicos conservadores norteamericanos, por magnates ligados a Trump y al ultraconservador Brennan, que utiliza los servicios de la CIA y del FBI para recoger datos de la vida privada de cardenales progresistas con la intención de manipularlos y viciar el cónclave. Su interés es evitar la elección de un Papa progresista, incómodo a la orientación del gobierno y preferir un conservador que esté afinado con las políticas autoritarias de la actual administración.
Cabe recordar, por ejemplo, que Gerhard Ludwig Müller, antiguo responsable de Congregación de la Fe y cardenal elector (tiene 77 años), incluso ha evocado el riesgo de un cisma si el cónclave elige a otro Papa con un perfil similar al de Francisco. En una entrevista de Muller con el vaticanista italiano Jacopo Scaramuzzi, se comentó “lo que piensan también otros [cardenales] que, aunque no sean tan visibles, también creen que Francisco ha ido demasiado lejos con sus reformas, que ha abierto demasiadas puertas con los gays, con el Islam, con China”
Boff, cabe recordar, dijo respecto al permiso concedido por Francisco para que los sacerdotes puedan perdonar el pecado del aborto durante este año eclesiástico, “abren una nueva puerta que ya no se cerrará” en torno al mencionado debate. Boff fue colaborador de la encíclica del papa Francisco, Laudato Sí, que toca el tema de la contaminación y del medio ambiente.
De esta manera, Boff, quien también colaboró en la elaboración de la popularmente conocida encíclica verde, enfatizó antes de la muerte del Papa Francisco:
“El Papa está inaugurando otro tipo de Iglesia, adecuada a la globalización”.