Redacción.- Tras varios días de encontrarse en alta mar sin poder llegar a puerto seguro, la tripulación del crucero MS Braemar, de la línea británica Fred Olsen, pudo atracar en Cuba. El buque llevaba varios días en aguas caribeñas con viajeros afectados por el nuevo coronavirus. En su cuenta de Twitter, el presidente de Cuba, Miguel Díaz Canel dijo que su país “recibirá y brindará atención a viajeros con coronavirus del crucero británico MS Braemar. Somos coherentes con nuestra convicción de solidaridad con la humanidad”. Posteriormente los británicos pudieron abordar aviones para regresar a su país.
En un comunicado la Secretaría de Relaciones Exteriores de Cuba informó:
El pasado 13 de marzo el gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte solicitó a las autoridades cubanas el permiso de atraque en un puerto cubano del crucero MS Braemar, de la línea Fred Olsen, con un pequeño número de viajeros afectados por el nuevo coronavirus (SARS CoV 2/Covid-19), y su repatriación por vía aérea.
Ante la urgencia de la situación y el riesgo para la vida de las personas enfermas, el gobierno de Cuba ha decidido permitir el atraque de esta embarcación y adoptará las medidas sanitarias establecidas para recibir a todos los ciudadanos a bordo, bajo los protocolos establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Ministerio de Salud Pública de Cuba.
De conjunto con las autoridades británicas, se ha organizado que una vez que los cruceristas arriben a territorio nacional, se proceda al retorno seguro e inmediato de estos viajeros al Reino Unido en vuelos charter de compañías aéreas a ese país.
Son tiempos de solidaridad, de entender la salud como un derecho humano, de reforzar la cooperación internacional para hacer frente a nuestros desafíos comunes, valores que son inherentes a la práctica humanista de la Revolución y de nuestro pueblo.
El diario oficialista Granma informó que a pesar de las gestiones diplomáticas del gobierno del Reino Unido, a la embarcación se le había negado la entrada en múltiples puertos de la región. Pero nada de ficción encerraba la situación urgente de los pasajeros, que ponía en peligro la vida de los enfermos y en una compleja coyuntura al resto de las personas, precisamente en medio del mar.
Cuba dijo sí y ofreció puerto seguro en medio de la adversidad, con modestia, sin pedir titulares en los grandes medios de prensa, ni absolutamente nada a cambio. Tal decisión generó quizá la incomprensión de algunos, esos mismos de siempre que no advierten el valor de una mano amiga en medio de la catástrofe.