Eduardo Lliteras Sentíes.-Caminando por el playón de El Cuyo una pareja de turistas nacionales que acudieron a vacacionar a dicha población costera yucateca –cercana a la zona limítrofe con Quintana Roo- realizó un descubrimiento macabro entre los manglares y la vegetación de la zona.
La mujer, apremiada por una necesidad fisiológica, se alejó de la playa para introducirse entre la vegetación costera, en una zona con una ligera depresión o vaguada en la que inesperadamente encontró restos humanos.
El susto fue mayúsculo para la mujer al descubrir una larga cabellera de tonalidad castaña y ligeramente ondulada, entre la arena y las plantas, humedecida y descompuesta por el tiempo que llevaba allí, y por las condiciones climáticas.
Mirando mejor se dio cuenta que también había restos óseos y algunas prendas que parecían un traje de baño.
Al salir corriendo del lugar y alertar a su compañero acudieron a informar a las autoridades locales sobre el macabro hallazgo.
El comisario de la población, Jesús Callejas Soto, acudió de inmediato al ser notificado. Y efectivamente comprobó que se trataba de restos humanos.
En el lugar quedaba aproximadamente el 70 por ciento del esqueleto, debido a la depredación de animales ferales. En el suelo se podía apreciar, con toda nitidez, la silueta que había dejado en el terreno la descomposición del cadáver a lo largo de meses en dicha población yucateca.
Asimismo, entre la arena habían prendas de mujer: un biquini, un short.
El comisario de inmediato notificó a la Fiscalía General del Estado de Yucatán, la que acudió al lugar para realizar el peritaje de rigor y recuperar los restos.
Era el 2 de mayo del año 2019 y entre los manglares habían aparecido los escasos restos de lo que parecía una mujer en Yucatán.
La noticia se conoció con rapidez en El Cuyo. La población resultó sorprendida por el hecho, inusual, sobre todo debido a que no había reporte de alguna mujer del pueblo o de la zona que hubiera desaparecido en los últimos meses.
Eso sí, las especulaciones sobre el caso de inmediato circularon en los medios de comunicación locales, los que dieron rienda suelta a la imaginación recogiendo las versiones de los pobladores locales, los que decían que “podía tratarse de una balsera cubana”.
Otros afirmaban que “podía inclusive ser una turista que por alguna circunstancia había caído en el agua en Holbox para ser posteriormente arrastrada por las corrientes marinas desde Quintana Roo”.
En realidad, no había ninguna prueba de que se tratara de una mujer cubana o de una turista fallecida en algún punto turístico cercano.
En el lugar no se encontraron documentos ni mochila o alguna pertenencia que pudiera ayudar a identificar a la víctima.
Según se dijo en un primer momento los restos debían tener allí unos 10 meses.
Las casas más cercanas se ubican a unos 500 metros del lugar, pero al estar alejada la vaguada de la playa, entre la vegetación costera, al parecer nadie notó el olor de la descomposición.
Una investigación de Infolliteras.com sobre éste caso revela que no existe carpeta de investigación abierta en la Fiscalía General del Estado, a pesar de que dicha institución estuvo presente en la escena como señalaron habitantes que dieron aviso a la autoridad local.
La Fiscalía General del Estado afirma que por ser zona federal debe ser competencia de la Fiscalía General de la República, o de las autoridades de migración.
Sin embargo, en la Fiscalía General de la República nos notificaron que el caso no está en sus manos.
Es decir, según la Fiscalía General de la República, le compete a la Fiscalía General del Estado, en primera instancia, tomar nota del caso. En todo caso, la FGR, delegación Yucatán, tendría competencia si se demuestra que el caso es de competencia federal, pero hasta ahora, en ninguna de las dos instituciones, hay expediente alguno sobre dichos restos humanos.
Asimismo, es un misterio el lugar donde quedaron los restos de la infortunada persona hallada en El Cuyo y de sus prendas.
En el SEMEFO (Servicio Médico Forense) no están, según se nos informó.
A través de llamadas al Instituto Nacional de Migración en la Ciudad de México –porque en la delegación en Yucatán simplemente no atienden los teléfonos, que fueron cambiados recientemente sin que sean actualizados en internet- se nos informó que para que dicha institución pudiera tener conocimiento de algún caso primero tendría que pasar por las Fiscalías, tanto federal como estatal.
Es decir, nunca llegó a sus manos.
Para que el Instituto Nacional de Migración pudiera abrir un expediente para que la Secretaría de Relaciones Exteriores pudiera contactar a autoridades de otros países o familiares hipotéticos de dicha persona, o de alguna persona desaparecida que por esas fechas se haya extraviado, sería necesario que las Fiscalías hubieran abierto expedientes. Y no hay nada, como señalamos.
Por lo pronto, es doloroso señalar que es muy probable que alguien, en algún lugar, quizá, se esté interrogando sobre el paradero de una persona desaparecida de la que no existe registro ni expediente alguno en Yucatán, según parece.
Alguna familia puede estar, en alguna parte, llorando y esperando saber qué fue de su hija o familiar. Nunca lo sabrán. Eso es lo que parece.