Eduardo Lliteras Sentíes.- Las potencias, particularmente los Estados Unidos, han jugado un papel nefasto en el presunto combate al cambio climático. Una y otra vez han torpedeado los acuerdos en materia de combate a las emisiones humanas. Y ahora, mientras dan consejitos a países en desarrollo y territorios como Yucatán, gastan como nunca en armas, en guerras en curso y en juegos de guerra “disuasivos”.
Llevamos ya más de dos años de guerra en Ucrania. Y mientras los rusos no dan muestras de aceptar capitular -al contrario, ahora están al frente de la ofensiva terrestre- Estados Unidos y sus aliados de la OTAN no cesan de enviar armas todos los días a Kiev. Mientras tanto, presionan con declaraciones amenazadoras, como enviar soldados de sus ejércitos regulares -con uniforme, se entiende, porque sus hombres ya están presentes en el territorio ucraniano- y autorizar utilizar sus armamentos contra territorio ruso. Todo con la justificación de la defensa del que llaman el “mundo libre”. El que ya no podrán gozar, claro, todos los hombres muertos en Ucrania en el conflicto militar, país que ha perdido ya toda una generación de jóvenes. Y ahora van por los ancianos y adolescentes.
Pero ¿cuál será el impacto de bombardeos y bombas disparadas a diario en el clima global, el movimiento de tropas y vehículos militares, de los ejercicios de alianzas militares en las fronteras de unos y otros? Estamos en el año en que la mutación del clima está evidenciando como se tornan inhabitables numerosas zonas del planeta y México aparece en el mapa del calentamiento convertido en un infierno. El que hemos palpado en éstos días en numerosos estados del país como Yucatán, con temperaturas ya difícilmente soportables para la especie humana, no digamos para los animales que están sucumbiendo como los monos en Tabasco. No falta mucho para que nos quedemos solos en el planeta, al que hemos destruido y no paramos.
¿Cuál será el impacto climático de la brutal destrucción de Gaza desde hace ya más de 6 meses, donde el ejército de Israel ha lanzado más de 45.000 misiles y bombas, que suman una potencia superior a tres bombas nucleares como las lanzadas en Hiroshima?
Según los datos disponibles hoy, han fallecido al menos 35 mil personas, la mayoría mujeres y niños, sin hablar de los heridos, mutilados de por vida, huérfanos. Los que enterrados bajo los escombros.
Como informan las Naciones Unidas, las familias desplazadas en Gaza se ven obligadas a huir una y otra vez, de los ataques israelíes, incluyendo tiendas de campaña y las llamadas “zonas seguras”. Los palestinos buscan refugio en tiendas de campaña o en edificios dañados, como escuelas e instalaciones de las Naciones Unidas. Pero la seguridad no existe en Gaza. Los bombardeos continúan y faltan suministros de todo tipo.
Asimismo, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) ordenó este viernes a Israel que detenga su ofensiva militar contra Rafah y que abra el cruce de esa ciudad del sur de Gaza con Egipto para permitir la entrada de ayuda humanitaria.
Y en un fallo de emergencia solicitado por Sudáfrica, los magistrados del máximo tribunal judicial de las Naciones Unidas también determinaron que Israel debe dar acceso a la Franja de Gaza a cualquier misión de investigación de la ONU e informar sobre los avances de cumplimiento de la orden en un mes.
Además, la Corte Penal Internacional, con sede en La Haya, pidió órdenes de arresto contra el primer ministro israelí, Netanyahu, y el ministro de Defensa, Galant, por posibles crímenes de guerra en el conflicto en Gaza. Lo que generó amenazas de todo tipo contra su fiscal jefe, Karim Khan, por parte del gobierno israelí, así como por parte de gobiernos occidentales y funcionarios del gobierno estadounidense, los que exigen la impunidad a favor de Netanyahu y Galant. La Corte Penal Internacional también hizo lo propio contra los líderes de Hamas. Se sabe que EEUU tiene una ley aprobada desde tiempos de George W. Bush que autoriza al gobierno a ordenar una invasión de La Haya en caso de que sean juzgados. Y la amenaza ya fue lanzada.
La realidad es que simplemente no hay manera de detener la locura de quienes gobiernan el mundo con su poder militar y económico. O muy difícilmente. La criminalización de quienes protestan en los campus universitarios contra el genocidio en Gaza va de la mano de su descalificación con el mote de antisemita a quienes cuestionan el actuar del gobierno israelí, equiparando antisemitismo con críticas a un gobierno o a los sionistas y sus colonos criminales.
Tal vez por ello Siberia y la Antártida están en las manos de las potencias y sus guerras. Un pelele enfermo mental como Javier Milei es lo que necesitaban para entrar y apoderarse de tierras que serán habitables en un mundo desertificado, al que parece abocados precisamente México y Yucatán.