Redacción.- El alcalde Renán Barrea presidió la sesión de la Comisión de Desarrollo Urbano y Obras Públicas en la que se instaló una mesa de trabajo con la participación de regidores, directores municipales y los ingenieros Jorge López González, Juan Vázquez Montalvo e Ismael Sánchez y Pinto, “especialistas en hidrología e hidráulica”.
—Como siempre, trabajamos de la mano de la sociedad y quiero agradecer la participación de los especialistas, que, con su larga trayectoria y experiencia, hoy se suman a esta labor municipal para beneficio de la sociedad —aseguró el alcalde.
—Estamos conscientes de la urgencia que viven en estos momentos vecinos de varias zonas a causa de las inundaciones, pero también sabemos que esta experiencia nos tiene que servir para tomar medidas que eviten problemas similares en lo futuro —dijo.
Destacó que para Mérida la creación del Instituto Municipal de Planeación ha sido un paso muy importante para evitar que los programas se truncaran cada trienio y en ese mismo tenor ahora hay que seguir avanzando en el perfeccionamiento e incorporación de nuevos protocolos para atender el crecimiento de la ciudad.
Barrera Concha dijo que el objetivo de esta reunión es abrir una mesa de análisis y de diagnóstico, para que con el apoyo de los expertos se pueda ir trazando un índice de acciones a emprender “porque hay una serie de temas que hay que modificar eventualmente”.
—Estamos ante una oportunidad de mejorar y perfeccionar y que, con la solidaridad que nos representa a todos los que estamos aquí, hay que entender que todo lo que se ha hecho va en función de cálculos preexistentes y que hoy el calentamiento global es un tema que nos tiene que preocupar—continuó.
No solamente habría que hacer un cambio en el reglamento de construcciones, sino también del Programa de Desarrollo Urbano del Municipio, de la ley de asentimientos humanos y de la ley de desarrollos inmobiliarios, lo que tendrá que hacerse desde el gobierno del Estado porque nuestra reglamentación va en congruencia con lo que aprueba el Congreso de Yucatán
—Este es un trabajo conjunto en el que todos somos corresponsables—expresó.
En su intervención, el especialista Vázquez Montalvo hizo un recordatorio acerca de las grandes precipitaciones que han caído en Mérida como lo es “Hilda” en el año de 1955 con 155.5 mililitros (ml) de agua por metro cuadrado, el cual causó grandes inundaciones en el municipio.
Posteriormente en 1988, “Gilberto” generó en Mérida 120 ml de agua por metro cuadrado, que en cantidad de precipitaciones no pudo superar a “Gilda” por lo que en base a ello se hacían los diseños de desagüe de todo tipo en la capital yucateca.
En junio pasado, continuó, se sintieron los efectos de la tormenta tropical “Cristóbal”, que causó precipitaciones comparables con el huracán “Isidoro” en 2002, que en solo cinco días recibió 600 mm de precipitación a diferencia de los 250 mm en promedio que “Isidoro” dejó.
Poco más de 100 días a la llegada de “Cristóbal”, tuvimos la presencia de la tormenta “Gamma” y el huracán “Delta” que dejaron un volumen tan grande de lluvias que desestabilizaron el manto acuífero. Ambos fenómenos, dejaron una precipitación pluvial de 1,217.5 mm por metro cuadrado, abundó.
Por su parte, Sánchez y Pinto explicó que el subsuelo de Mérida tiene capacidad de absorción, pero no es uniforme.
—Lo que hace que los pozos en el centro puede que tengan una elevada capacidad de absorción, pero eso no significa que todo Mérida tenga esa capacidad de absorción, es algo que varía—refirió.
Necesitamos hacer pruebas de absorción para conocer la capacidad de infiltración del terreno. Pero incluso, en una misma zona puede ser que se tenga un pozo que absorba mucho y otro que absorba menos, esto habla de la gran heterogeneidad de nuestro subsuelo, añadió.
—Estamos en el momento de aprender y resolver, tenemos que revisar qué fue lo que en estas zonas ha motivado que estas inundaciones ocurran, más que buscar cuál es el culpable, hay que buscar entender el problema físico, revisar, hacer un estudio y entender cuáles son los factores cruciales que debemos cuidar y cómo podemos actuar para resolver el problema—indicó.
En su turno, López González mencionó que debemos de adaptarnos a estas circunstancias y promover un tipo de construcción que se adapte a nuestro subsuelo. Como ejemplo citó que, en lugar de hacer estacionamientos de dos niveles hacia abajo, deberían de ser de un nivel hacia abajo y el siguiente al nivel del terreno.
Asimismo, subrayó que el crecimiento de la ciudad está siendo más al Norte que al Sur de la ciudad, por lo que las construcciones conforme más se acerquen a la costa, la profundidad del freático es menor
—Si estamos hablando de que se nos están inundando fraccionamientos y estacionamientos subterráneos, conforme vayan construyendo todavía más hacia el Norte habrá que pensarlo bien, porque ya sabemos que en ese lugar hay 5 metros de manera natural al nivel del manto freático y más adelante vamos a tener cuatro, luego, tres, dos, uno, hasta llegar a un nivel freático visible—refirió.
En la sesión participaron Alejandro Ruz Castro, secretario municipal, los directores David Loría Magdub, de Obras Públicas y Federico Sauri Molina, de Desarrollo Urbano, así como los regidores Diana Canto Moreno, síndico municipal; Karla Salazar González, Richar Mut Tun, Sofía Castro Romero, Jesús Pérez Ballote y Fausto Sánchez López.–