Eduardo Lliteras Sentíes.- Suspender temporalmente las patentes y la propiedad intelectual de las vacunas contra el coronavirus para permitir producir más dosis y vacunar a tantas personas como sea posible. Esta es la propuesta que algunas ONG en Italia están pidiendo al gobierno italiano de forma que apoye una reunión sobre el tema que será abordado en próxima cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Advierten con preocupación que existen posibilidades de que una gran parte de la población mundial corra el riesgo de ser vacunada en los próximos años, es decir, con mucho retraso, lo que además podría permitir al coronavirus SarS Cov 2 mutar de nuevo y quizá desarrollar resistencia a las vacunas.
Dicha solución, suspender las patentes y la propiedad intelectual, según la industria farmacéutica no es realista, la que advierte que de esa forma se dejarían de producir vacunas y se reduciría el incentivo para investigar sobre nuevos virus.
Sin embargo los retrasos en la distribución de vacunas en Europa y en particular en Italia, primero por Pfizer / Biontech y luego por AstraZeneca, han provocado la ira del gobierno italiano que ha decidido emprender acciones legales para que cumplan con los contratos.
“Los gobiernos europeos no pierdan tiempo (y dinero) en juicios contra Pfizer y AstraZeneca. Más bien se ocupen de liberar las licencias de las vacunas contra el COVID-19 “, dice Nino Cartabellota presidente de la ONG “GIMBE” (Órgano de investigación y formación independiente que defiende un servicio de salud público, equitativo y universal) quien pide una acción unida contra las empresas que aún se resisten a liberar sus productos de las limitaciones de las patentes, impidiendo así la reproducción de vacunas a nivel mundial.
La propuesta de suspender las patentes de vacunas está respaldada por decenas de países, India y Sudáfrica a la cabeza, y se espera que sea discutida por la OMC el jueves de la presente semana.
Como señala la publicación especializada digital en temas de salud, About Pharma, en un artículo, el tema de la libertad para reproducir un medicamento se ha debatido durante años, pero con el COVID-19 ha vuelto a un primer plano dicho tema después de que los gobiernos de India y Sudáfrica pidieron la intervención formal de la Organización Mundial de la Salud (OMS) así como de la Organización Mundial del Comercio (OMC). India y Sudáfrica, portavoces de las demandas de los países más pobres, han pedido la abolición de las patentes de ciertos medicamentos y vacunas para que cualquiera pueda producirlos y distribuirlos sin las limitaciones impuestas por las visiones comerciales de las empresas farmacéuticas.
About Pharma puntualiza que el resultado, tanto en las sesiones de diciembre de 2020 como en enero de 2021, fue un aplazamiento de la decisión dentro de la OMC ante la oposición de los pesos pesados (países más poderosos) de la Unión Europea, así como de Suiza y de Estados Unidos. Una postura sobre esta crucial cuestión de salud global deberá ser asumida durante una asamblea general de 164 miembros donde estos temas se votan y, en caso necesario, se aprueban por mayoría.
“La eliminación de las patentes podría permitir a otras empresas, que tienen la experiencia (en Europa, Estados Unidos y en otras naciones) para producir estas vacunas”, dice por su parte Patrick Durisch de la ONG Public Eye, enfatizando que, si pueden producirlas, Sanofi y Novartis también pueden hacerlo otras empresas.
Suspender temporalmente las patentes y la propiedad intelectual permitiría producir con mayor rapidez incluso en los países en desarrollo, donde la población corre el riesgo de ser vacunada después de varios años.
Silvio Garattini (científico italiano, investigador de farmacología, médico y profesor de quimioterapia y farmacología y director del Instituto Mario Negri de Investigación Farmacológica) también es de la misma opinión y habló de ello en una entrevista con Lucilla Vazza en el diario italiano “Il Mattino”: “Si existen importantes razones de salud pública, los Estados pueden solicitar o exigir una licencia para que el medicamento lo produzca en grandes cantidades. Italia, Europa, pueden solicitarlo. En un momento de gran dificultad, deberíamos tener el valor de abolir las patentes de medicamentos que salvan vidas, como las vacunas. Y si no hacemos las cosas rápidamente, corremos el riesgo de que alguna variante ya no sea susceptible a la vacuna ”.
La propuesta de Garattini es parte de un marco mucho más amplio que concierne tanto a las necesidades de salud pública como al compromiso de todas las partes involucradas para proteger el bienestar de todos. Entre otras cosas, incluso para Garattini, las acciones legales seguirán y seguirán sin dar certeza sobre el resultado final a favor del gobierno italiano.
Según Patrick Durisch, de la ONG Public Eye, producir y distribuir más vacunas es una prioridad incluso para los países más ricos. Citado por el medio helvético RSI News, dice que “es un mal cálculo para la salud, porque mientras haya brotes en el mundo el virus puede volver a Occidente, pensemos en las diferentes variantes. Pero también es un mal cálculo económico, porque mientras haya poca gente vacunados en el mundo la economía no se recuperará ”.
Nora Kronig, subdirectora de la Oficina Federal de Salud Pública de Suiza explica que “estamos notando lo difícil que es responder a la necesidad global de vacunas. No creo que sea fácil e inmediato encontrar empresas y fábricas preparadas para producir dosis además a los que ya lo están haciendo y se están preparando para hacerlo. Además, para nosotros, como Confederación Suiza, es importante colaborar con la industria farmacéutica y garantizarle perspectivas seguras ”.
Por último, Thomas Cueni, director de IFPMA, la asociación que agrupa a los fabricantes de productos farmacéuticos y vacunas, citado por RSI News, argumenta por su parte que la propuesta no solucionaría nada. También porque la capacidad de producción, generalmente de 5 mil millones de dosis, ya se ha mejorado. “Eliminar las patentes no nos garantizaría ni una sola dosis más. El problema es la producción, una cosa compleja. Y en este nivel ya tenemos colaboraciones sin precedentes donde todos, productores de países industrializados y de países en desarrollo, trabajarán juntos … Eliminar las patentes sería un signo negativo, también porque hemos avanzado rápidamente gracias a la protección de la propiedad intelectual ”, dice.
En definitiva, en conclusión, la investigación y el desarrollo de las vacunas han costado miles de millones – se estima al menos 3 mil millones por vacuna – y ahora tiene razón las empresas que han descubierto las vacunas que piden estén protegidas y, por qué no, remuneradas, añade Cueni.
Sin embargo, Cueni no menciona que la mayor parte de ese dinero es dinero público que los gobiernos de Europa y Estados Unidos entregaron para desarrollar las vacunas.