Eduardo Lliteras Sentíes.- La pesca furtiva en Yucatán está fuera de control. Esto sucede desde al menos los dos sexenios anteriores cuando inició el boom de la captura del pepino de mar, cuyas especies yucatecas ya se acabaron, desaparecieron como pesquería, por el saqueo sin freno propiciado por el inmenso mercado chino y la voracidad de los empresarios y pescadores furtivos. La realidad es que el furtivismo no ha cesado de escalar y ahora, con la llegada de barcos procedentes del puerto de Frontera, Tabasco, así como de embarcaciones con pescadores de Ceyba Playa de Campeche y de otros puertos de Quintana Roo, el problema se ha complicado generando, además, inseguridad en alta mar y en los puertos yucatecos de Dzilam de Bravo, Progreso y Celestún donde proliferan los robos de motores, asaltos y violencia asociada a la presencia de tripulaciones de esos Estados y al consumo de drogas y alcohol.
Pescadores, presidentes de cooperativas pesqueras, empresarios y representantes de asociaciones náuticas denunciaron la inseguridad asociada a la pesca furtiva en Yucatán y señalaron que si bien se denuncia a los pescadores furtivos, a los pescadores que pescan en época de veda, también hay que incluir a quienes compran los productos marinos extraídos ilegalmente en Yucatán. Es decir, a los empresarios que compran especies marinas en época de veda o por debajo del tamaño permitido, violando la ley. Todo ese inmenso volumen de pesca furtiva, capturada a lo largo de todo el año, se compra, se comercia, en los puertos yucatecos y se envía a otros Estados del país, por carretera.
Este mercado, es del conocimiento de las autoridades, las que conocen dónde están las bodegas. Las que se ubican en diversos puertos de Yucatán, como Progreso, Celestún y Dzilam de Bravo.
En dichos puertos hay bodegas donde se compran los productos marinos capturados por los furtivos. Por ejemplo, es el caso del pulpo que ahora está a un precio muy alto por la escasez que hubo en la presente temporada de captura, el que se está enviando a diversos mercados del interior de la República, a Guadalajara, a la Ciudad de México. Todo ese producto fruto de la pesca furtiva o ilegal viaja por carretera a sus mercados en otros Estados, según explicaron los pescadores y cooperativistas a Infolliteras.com.
Hay que insistir en que toda esa información, sobre quiénes compran los productos marinos capturados ilegalmente, a quién los venden y adónde (qué mercados) van a parar, las tienen las autoridades. Es información del conocimiento de los diversos niveles de autoridad. Estatal, federal, municipal, de las capitanías de puerto, por lo que es muy difícil no hablar de colusión, de complicidad.
Asimismo, se informó que los furtivos pescan en zonas de alta mar y están saqueando bancos ricos de peces como el canané o el mero en el litoral yucateco bien conocidos por los pescadores locales, a los que están dejando con las manos vacías.
El problema, además, es la captura por parte de los pescadores furtivos de juveniles, es decir, de peces aún en crecimiento, cuya pesca está prohibida.
Asimismo, durante la conferencia de prensa se informó que los furtivos utilizan artes de pesca prohibidas, y colocan anzuelos en sus líneas de pesca en un número por encima del permitido.
El uso de lanchas y embarcaciones modificadas, así como de buques nodrizas en alta mar para permitir a los furtivos seguir faenando sin parar fue señalada.
Aún más grave es que tras acabar con el pepino de mar, y el mero, los furtivos ahora van por lo que queda de pulpo, de langosta, de caracol.
Las consecuencias de éste saqueo para el sector pesquero yucateco son devastadoras. En Yucatán hay registrados unos 12 mil pescadores y 557 embarcaciones de pesca mayor. Así como unas 6 mil lanchas. Es decir, hablamos de miles de familias que dependen de la pesca. Al escasear la pesca o acabarse las pesquerías como está sucediendo, dichas familias no van a tener con qué comer. Con qué sobrevivir. El problema social y los estallidos sociales serán la consecuencia así como más inseguridad también asociada a la presencia de los pescadores furtivos que inclusive han instalado campamentos ilegales en la costa yucateca.
Los robos en los puertos así como los asaltos en alta mar ya son hoy un problema grave de inseguridad. Precisamente asociados a la presencia de personas de otros Estados que no tienen ocupación o trabajo.
Precisamente ante éste panorama los pescadores, cooperativistas, empresarios yucatecos hoy exigieron que las autoridades de los diversos niveles respondan a la escalada del furtivismo en el Estado con acciones concretas. Y no más promesas.
La legislación debe cambiarse. No se puede permitir que los pescadores furtivos detenidos salgan inmediatamente tras ser detenidos, señalaron, por lo que pidieron a los recién electos diputados federales que cambien la ley.
Asimismo, advirtieron que habrán movilizaciones, cierres de puertos si no hay acciones concretas por parte de las autoridades, las que hasta ahora, dijeron, los han bateado, sin que haya resultados concretos en el combate al furtivismo.
Por último advirtieron que denunciaran a las autoridades que sean omisas, que incumplan con su obligación de hacer cumplir la ley en las costas y en el mar.