Redacción.- La comunidad científica internacional está hoy en alerta ante Erik (E484K), una nueva mutación en la proteína spike del virus SARS-COV-2, causante de la Covid-19. En efecto. La mutación E484K en la proteína spike del virus SARS-COV-2, a la que los científicos llaman Erik, ha hecho saltar las alarmas de la comunidad científica internacional.
Un año y medio después, Lombardía, región italiana vuelve a ser noticia después de que científicos detectaran en julio secuencias de la variante Delta con una mutación capaz de esquivar las vacunas. Se trata de la mutación E484K, también conocida como Erik, que hasta ahora solo se había observado en las variantes Beta y Gamma.
La agencia estadounidense de salud detalla que todos los contagiados con esta variante habían completado la pauta de vacunación. El primer caso fue el de un hombre de 41 años, residente de una pequeña aldea al norte de Lombardía, vacunado con el fármaco desarrollado por Pfizer/BioNTech. El 11 de julio aparecieron los síntomas y tres días después dio positivo a la COVID-19, pero se recuperó sin complicaciones.
Delta cuenta con varias mutaciones que le generan ventajas sobre todas las demás, especialmente una mayor capacidad de transmisión, lo que le ha llevado a dominar gran parte del mundo.
Según describe en su perfil personal en Facebook el doctor Daniel García Rivera, director del Laboratorio de síntesis química molecular de la Universidad de La Habana y miembro del colectivo de autores de las vacunas Soberanas, toda mutación que haga que el virus entre más rápido o se escape de nuestros anticuerpos (inmunoescape), es una mutación muy preocupante, y Erik es de las más preocupantes de todas las que hemos visto.
«Su intención no es matarnos, sino que nosotros no eliminemos al virus», detalla el especialista, y explica que, químicamente, lo hace de la forma más simple que hay: cambiando en la superficie de la molécula una carga negativa por una positiva, menciona el diario oficialista cubano, Granma.
De esa manera, nuestros anticuerpos, que esperan ver ahí una carga negativa, la cual los atrae, pues fueron creados para eso, se encuentran de pronto una carga positiva que los repele.
Como resultado, disminuye el carácter neutralizante de los anticuerpos. García Rivera señala que esta mutación se encuentra en variantes originadas en todas partes del mundo, como la Gamma (Brasil), la Beta (Sudáfrica) y la Alfa (Reino Unido).
Recientemente en Lombardía, Italia, se encontró un sublinaje de la variante Delta que también incorpora la mutación Erik. Esta peligrosa «alianza» pudiera resultar muy difícil de vencer, asegura.
El investigador afirma que el doctor Vicente Vérez Bencomo, director del Instituto Finlay de Vacunas, hace algunos meses, cuando la mutación Erik se unió a la variante Alfa, anunció que podía volver a ocurrir. «Se llama evolución, hay que vivir con ella. Además, nuestras estrategias de vacunas también evolucionarán».