Redacción.- El Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos ha confirmado más de mil 100 civiles muertos y al menos mil 700 heridos tras la invasión rusa a Ucrania, pero apunta que las cifras reales “son considerablemente más altas”.
En su visita a Polonia, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, refrendó el respaldo de la OTAN al país al hablar del artículo que protege a los países miembros. También se reunió con funcionarios ucranianos y les reiteró el apoyo del organismo.
La Misión de Observación de los Derechos Humanos en Ucrania -establecida en 2014- informó este viernes que la cantidad de muertos aumenta con el paso de los días en las ciudades y poblados ucranianos desde el inicio de la invasión rusa a ese país el 24 de febrero pasado.
En conferencia de prensa en Ginebra, la líder de esa misión llamó “a todas las partes a garantizar corredores seguros para la evacuación de civiles de áreas peligrosas y para permitir la entrega oportuna de asistencia humanitaria a la población civil en todo el país”.
Matilda Bogner señaló que más de 1035 civiles han muerto y al menos 1650 han resultado heridos, aunque aclaró que esas cifras son inciertas puesto que no cuentan con los datos completos de los sitios de combate intenso, como Mariupol y Volnovakha.
La experta afirmó que la magnitud de las bajas y los daños de bienes civiles sugieren que se han violado los principios de distinción y proporcionalidad, al igual que la prohibición de realizar ataques indiscriminados.
Como ejemplo citó que el 3 de marzo perecieron 47 civiles debido a la destrucción de dos escuelas y varios edificios de departamentos en Chernihiv, aparentemente causada por ataques aéreos rusos. Refirió además la destrucción de un hospital en Mariupol el 9 de marzo, acotando que “lo más probable” es que fuera responsabilidad de las fuerzas rusas.
Bogner reportó que la Misión también está investigando denuncias de bombardeos indiscriminados por parte de las fuerzas armadas ucranianas en Donetsk y en otros territorios controlados por las autoproclamadas repúblicas. “Estos ataques causan un sufrimiento humano inconmensurable y pueden constituir crímenes de guerra”, aseveró.