Pasadas las 8 de la noche, hora de Italia, un conductor de un automóvil entró a alta velocidad por uno de los ingresos al Vaticano. El conductor no hizo el alto reglamentario, por el contrario, aceleró, según la información de la Gendarmería vaticana, por lo que le dispararon a una de las llantas sin lograr dañar el neumático. No se conoce aún la identidad del conductor, pero según se afirma estaba drogado y gravemente intoxicado y aparentemente no tenía autorización para entrar en la Santa Sede.
En efecto. al anochecer un coche irrumpió a gran velocidad por la entrada de Santa Ana ubicada a un costado de los Palacios Apostólicos, a pesar de no tener las autorización para entrar. En ese momento un inspector de la Gendarmería Vaticana disparó un tiro de pistola a las llantas delanteras para detener el auto, pero sin éxito. El conductor logró llegar con su automóvil hasta el patio de San Dámaso y en ese momento se apeó: según versión oficial se trataba de un hombre en grave estado de alteración psicofísica que fue interceptado por la Gendarmería.
En la puerta de Santa Ana siempre hay además un par de Guardias Suizos apostados en la entrada, los que evidentemente fueron sorprendidos por el extraño incidente.