Haití se hunde en la violencia de grupos armados criminales. El Primer Ministro, Ariel Henry, ha huido del país mientras las pandillas han tomado el control. El pánico de los ciudadanos va de la mano de la escasez de bienes de primera necesidad. Según medios internacionales, el país caribeño se encuentra sumido en el caos y la violencia: bandas de criminales controlan el acceso al principal aeropuerto y han tomado el mando de muchas zonas de Puerto Príncipe. Las bandas armadas cerraron el aeropuerto, saquearon puertos marítimos, edificios públicos y tiendas. Han atacado poblaciones y las carreteras están bloqueadas. Esto provoca falta de alimentos. En días pasados 4600 reclusos fueron liberados tras el ataque a las prisiones.
Estados Unidos planea una intervención armada. Una más, en la historia de dicho país, el más pobre de América Latina.
Según el New York Times, los expertos calculan que en Haití operan hasta 200 pandillas, unas 20 de ellas en Puerto Príncipe. Van desde pequeños grupos de unas pocas decenas de jóvenes que comparten pistolas hasta cuadrillas de unos 1500 hombres con sueldos semanales y armas automáticas que pertenecen a organizaciones jerarquizadas con jefes.
Por su parte, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ofreció, a través de su cuenta de X ayudar a solucionar la inseguridad y la violencia, pero pidió apoyo económico y una resolución de las Naciones Unidas.