Editorial de Infolliteras.com .-El modelo de explotación laboral en la Riviera Maya contempla dejar en el desempleo a miles de trabajadores por la crisis desatada en el turismo por la pandemia glogal de COVID-19. Las malas prácticas laborales, de un modelo de desarrollo depredador social y ambientalmente hablando, muestra su grave precariedad, la que puede convertirse en un incendio en ésta época de estiaje, de histórica crisis global por el coronavirus. El estallido social es lo que viene, tan es así que gobiernos como el estadounidense que se han tornado repentínamente Keynesiano.
Claro, alguno dirá que no es algo nuevo, esa forma de proceder de las cadenas hoteleras en Quintana Roo, muchas extranjeras, acostumbradas a explotar a sus trabajadores mexicanos.
En efecto. Además de la grave precariedad laboral en la que versan los trabajadores del sector turístico desde siempre, sin prestaciones o con escasas prestaciones y bajos sueldos, el compromiso social es nulo. Basta escuchar al líder de la corrupta CROC en Cancún, Quintana Roo, Mario Machuca Sánchez*, quien quitado de la pena salió a defender los intereses empresariales afirmando que por la crisis del coronavirus “a los empleados se les pide descansar de manera voluntaria sin goce de sueldo baja el compromiso de que mantendrán su fuente laboral una vez que pase la contingencia”.
Y se está demostrando, de nueva cuenta, en éstas horas cuando comienzan a darse a conocer los primeros despidos masivos de trabajadores como ocurre en Playa del Carmen con el hotel Azul Fives.
Según medios locales, hasta 300 personas habrían sido lanzadas a la calle, mientras del restante (unos 400), el 80 por ciento se va a casa sin goce de sueldo y con “vacaciones” forzadas.
El modelo de explotación en la Península de Yucatán, que ha favorecido la acumulación de inmensas fortunas y ganancias por parte de voraces empresarios hoteleros, nacionales y extranjeros, muestra ahora su rostro auténtico: brutal acumulación capitalista sin compromiso social. La precariedad social, laboral y la extrema pobreza en la que versa la mayor parte de la población, sometida a trabajar por sueldos miserables en ciudades con autoridades corrompidas y convertidas en guaridas de mal vivientes, pende de un hilo que se está rompiendo en las presentes horas.
El problema social que se le viene encima a las autoridades de los tres niveles de gobierno es inmenso. Ya circulan los primeros llamados a realizar saqueos en Quintana Roo. Mientras los empresarios son los primeros en quejarse y exigir exención de impuestos y otros “apoyos” por parte de los gobiernos, para variar, como sucede en Yucatán y en otras partes del país.
Mientras tanto, el gobierno federal parece ir rezagado ante la concatenación de eventos que están estallando, con un aposición que se soba las manos ante el desastre calculando exclusivamente su ganancia política. Evidentemente la crisis de la pandemia de COVID-19 no es un problema que se reduce a la salud y al endeble sistema de salud del país -devorado por la corrupción a través de décadas de corruptos gobiernos- sino a las malas prácticas laborales que han regido y rigen en nuestro país, las que se magnifican con la emergencia.
Evidentemente, estamos ante el inicio de una crisis de final aún impredecible. Pero si los empresarios hoteleros despiden así gente y exigen para ellos trato preferencial a escasas una semana y media de que el coronavirus comenzó a hacerse presente en la región, ya podemos imaginar lo que viene en los próximos días, semanas y meses. Un horizonte negro, del que pueden salir peor, muchos empresarios, si el conflicto social se exacerba, escala y se torna incontrolable.
Queda claro que debe ser revisado éste modelo depredador, que vuelve a dejar al descubierto, por si hiciera falta, la presente crisis global que nos está estallando en las manos.
*Machuca Sánchez se lavó las manos en un mensaje que envió a La Jornada Maya diciendo que él no negocia contratos colectivos:
En efecto. Mario Machuca Sánchez es el líder de la CROC (Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos) en Cancún, Quintana Roo y Martín de la Cruz Gómez Secretario General de la CROC en el Estado de Quintana Roo. Cabe señalar que Machuca Sánchez sí ha hecho declaraciones a medios de comunicación locales confirmando “que está en pláticas con los 200 hoteles con los que mantiene contrato laboral para determinar las medidas que asumirán ante la caída del turismo en el caribe mexicano” (Luces del Siglo, 20 de marzo).
Entre esas “medidas” se cuenta el llamado “despido solidario”, es decir, irse a casa sin goce de sueldo, medida aceptada por los sindicatos como la CROC desde siempre en Quintana Roo cada vez que baja el turismo o cuando hay contingencias, como ahora o tras el paso de un huracán, por ejemplo. Machuca Sánchez dice que él negocia contratos, pero en la nota no afirmamos que lo haga, sin embargo, sí acepta sin oponerse las condiciones que las cadenas transnacionales imponen a los trabajadores del sector turístico incluyendo, el “despido solidario”.