“No soy científico ni estadístico, pero estoy enojada: estoy aterrorizada de que no entiendas lo que nos está sucediendo. Aquí mueres como moscas. ¿Está esto claro? Docenas de muertes al día. Docenas y docenas. El cementerio de la ciudad no puede deshacerse de los cuerpos. Los campanarios de las ciudades ya no suenan, porque lo harían continuamente. Los médicos están exhaustos o infectados. Todos estamos enfermos o casi. Amigos, parientes, colegas, médicos de familia mismos. Tenemos fiebres muy largas y resistentes, dolor muy severo, severo en varias partes del cuerpo, falta de aliento, tos y resfriados portentosos “. Esta narración estremecedora la hizo Sara Agostinelli, residente de Bérgamo, a través de Facebook.
Bérgamo es la ciudad italiana más golpeada por el huracán del COVID-19 y epicentro de la provincia más afectada de la región más afectada de Italia: la rica y petulante Lombardía, que suele mirar con desprecio al sur de Italia inclusive con calificativos despreciativos racistas.
Todo parece haber iniciado en febrero, cuando los primeros casos comenzaron a surgir en la ciudad mientras unas 40 mil personas viajaban a asistir a la partida Atalanta-Valencia en la ciudad de Milán.
La partida del 19F (19 de febrero) fue una “bomba biológica”. 40.000 hinchas (tifosi) viajaron a Milán. El brote explotó un mes después con mil muertos en Bérgamo. Desde entonces, la mortandad no ha cesado de extenderse como si se tratara de la peste en el medievo.
Los hospitales saturados. La gente contagiándose en los mismos hospitales, en las ambulancias. Muriendo en sus casas, en los asilos de ancianos, donde los cadáveres se quedaron, en algunos casos, por días.
En una carta, los trabajadores de salud del hospital de Bérgamo denunciaron la falta de participación de expertos en epidemias en el manejo de la crisis. “Estamos aprendiendo que los hospitales pueden ser los principales proveedores de transmisión de Covid-19. Si se llenan rápidamente con los infectados, de hecho pueden promover la transmisión a pacientes no infectados ”. Las ambulancias y los trabajadores de la salud también se convierten en portadores de la enfermedad, explican. La carta termina diciendo que esta situación catastrófica podría haberse evitado si la atención domiciliaria y las clínicas móviles se hubieran organizado a tiempo para evitar movimientos innecesarios y aliviar la presión sobre los hospitales.
En un artículo publicado en la revista italiana Internazionale y escrito por Annalisa Camilli se explica que Angelo Giupponi, director de la agencia regional de emergencias en Bérgamo, dijo que envió un correo electrónico al departamento de bienestar de la región de Lombardía el 22 de febrero, dirigido por Giulio Gallera, en el que destacó “la urgente necesidad de establecer hospitales” reservados exclusivamente para pacientes hospitalizados por COVID-19, para evitar la promiscuidad con otros pacientes y, por lo tanto, la propagación del virus en los hospitales.
Explica el artículo de Annalisa Camilli que “de setecientos médicos de cabecera de Bérgamo, al menos 130 han enfermado con coronavirus, algunos han muerto, otros están en cuidados intensivos. Carecemos de dispositivos de protección adecuados, los hospitales están colapsando, más que llenos, por lo que muchas personas permanecen en sus hogares con neumonía bilateral y no podemos visitarlos “, dijo Paola Pedrini, secretaria de la Federación Italiana de Médicos Generales de Lombardía.
Asimismo, en días recientes se ha señalado que las medidas de Italia para detener el contagio del coronavirus no parecen estar funcionando y debería cambiar su estrategia al establecer centros para separar a las personas con síntomas sospechosos de sus familias, dijo el lunes un destacado científico italiano, según citaba la agencia Reuters. Andrea Crisanti, profesora de microbiología en la Universidad de Padua, dijo en una entrevista con Radio Capital que muchos de los nuevos casos son probablemente personas infectadas por otros miembros de la familia en el hogar: “En nuestra opinión, las infecciones están ocurriendo en el hogar”, afirmó. Es decir, dentro de las mismas casas.
Ante la dimensión de la crisis –con los hornos crematorios de la ciudad italiana rebasados de tantos cadáveres que hay que enviarlos en vehículos militares a otras ciudades- Rusia envió ayuda especializada.
Los médicos italianos denuncian la ausencia de un protocolo definido y estandarizado para médicos generales, más de un mes después del comienzo de la epidemia. “Incluso hoy no hay indicaciones claras de la región de Lombardía, solo una circular, pero ningún protocolo”, afirma.
Vehículos militares rusos y personal ruso llegaron a Bérgamo para desinfectar hospitales, hogares, estructuras públicas, del techo al piso, paredes, muebles, recámaras, todo, y planear la guerra contra el coronavirus, en un escenario no visto desde la Segunda Guerra Mundial. Los médicos italianos denuncian la ausencia de un protocolo definido y estandarizado para médicos generales, más de un mes después del comienzo de la epidemia. “Incluso hoy no hay indicaciones claras de la región de Lombardía, solo una circular, pero ningún protocolo”, afirma.
La catástrofe de Bérgamo debería servir de lección a otros países, como México, donde las estructuras sanitarias son mucho más débiles y con escasas unidades de cuidados intensivos.