Redacción.- El presidente y director ejecutivo de Pfizer, Albert Bourla, vendió el lunes 5,6 millones de dólares en acciones de dicha compañía farmacéutica. La venta de las acciones la llevó a cabo Albert Bourla el mismo día en que Pfizer anunció el descubrimiento de que su candidata a vacuna experimental contra el coronavirus tenía una eficacia superior al 90%. Como se sabe, las acciones de la compañía se dispararon con la noticia.
El momento de la implementación de la venta de acciones por parte de Bourla, sin embargo, ha planteado preguntas sobre lo que sabía el director ejecutivo de Pfizer y cuándo, y si eso puede invitar a un mayor escrutinio de los reguladores federales.
Bourla vendió las acciones como parte de un plan de negociación de acciones que tiene como objetivo proteger a los ejecutivos corporativos de las acusaciones de uso ilegal de información privilegiada. Pero estos planes se han vuelto cada vez más controvertidos y el tema ha cobrado mayor urgencia dados los miles de millones de dólares que el gobierno estadounidense le ha prometido a Pfizer si su vacuna obtiene la aprobación de los reguladores federales.
La venta de acciones de Pfizer por parte de Bourla fue parte de un plan comercial establecido con meses de anticipación. Conocidos como planes 10b5-1, esencialmente ponen las operaciones bursátiles en piloto automático. Se supone que los ejecutivos deben adoptar estos planes solo cuando no están en posesión de información privilegiada que pueda afectar el precio de las acciones de una empresa, lo que se conoce como información material no pública.