Redacción / Con información de Ría Novosti y The Asian Times.- Cuatro médicos chinos han sido encarcelados después de que un tribunal los declarara culpables de sustracción ilegal de órganos humanos.Seis personas, incluidos cuatro médicos, han sido encarceladas por sustraer órganos a pacientes en el sureste de China.
Un tribunal de la ciudad oriental de Bengpu condenó a los médicos y a otras dos personas a entre 10 y 28 meses de cárcel por el cargo de “insultar un cuerpo”.
Así lo informa el diario The Asian Times, el que señala que el escándalo se produjo más de cinco años después de que el país pusiera fin a la práctica de sustraer órganos a prisioneros ejecutados, pero estableció un sistema de donación totalmente voluntario con reglas estrictas. Hasta 2,51 millones de personas se han registrado para la donación voluntaria de órganos.
La demanda de trasplantes sigue siendo alta, sin embargo, ha dado lugar a un mercado clandestino. Es probable que el último caso judicial dé lugar a normas más estrictas sobre la donación de órganos.
El Tribunal Popular Intermedio de Bengpu, una ciudad de la provincia de Anhui, declaró a la banda culpable de sustraer órganos a 11 pacientes entre 2017 y 2018, y los encarceló entre 10 y 28 meses, según el informe.
Si bien las sentencias se dictaron en julio y una apelación rechazada el mes siguiente, los detalles del caso solo fueron revelados recientemente por Shi Xianglin, hijo de una de las víctimas.
Según documentos judiciales proporcionados por Shi, Yang Suxun, exjefe de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Popular del condado de Huaiyuan, identificó objetivos, en su mayoría víctimas de accidentes automovilísticos o pacientes con daños cerebrales graves.
China ha luchado por establecer un programa de donación voluntaria de órganos que satisfaga sus necesidades de trasplante. En 2005, el ex ministro de salud Huang Jiefu reconoció públicamente que China había extraído órganos de prisioneros ejecutados para trasplantes. Un artículo del que fue coautor seis años después informó que hasta el 90 por ciento de los trasplantes chinos habían utilizado órganos de prisioneros.
Activistas internacionales de derechos humanos y críticos nacionales han expuesto otros casos de sustracción de órganos, pero Beijing ha negado sistemáticamente las acusaciones y enfatizó que el sistema de donación voluntaria de órganos ha funcionado bien.