Por Eduardo Lliteras Sentíes.- Mientras en Sevilla las autoridades investigan la identidad de dos muchachas frondosas que grabaron un Tik Tok sacudiendo las pompas en una fuente pública –en riguroso bikini pero sin tapabocas- de noche violando las restricciones impuestas del COVID19, en Bélgica han emergido nuevos datos sobre la “daddy orgy” (orgía de papis) en la que fueron pescados in fraganti varios diplomáticos y un conocido político de la extrema derecha europea.
En efecto. La pandemia sigue provocando mortandad en el viejo continente. En Italia ya hablan, inclusive, de la tercera ola, mientras la segunda ola está matando más gente inclusive que la primera. En Alemania, uno de los países mejor organizados, equipados y preparados para atender a los enfermos en Europa, la canciller Ángela Merkel rogó, casi en lágrimas a los ciudadanos, que eviten contagios no saliendo a la calle luego de que murieron en un día casi 600 personas.
En España y en Italia, obviamente, como sucede en México, la oposición de derechas y de extrema derecha, exige el fin de los gobiernos en el cargo. Aseguran que quienes gobiernan han hecho todo mal, que es inaceptable lo que está sucediendo, que ellos tienen la solución a la pandemia, que ellos sí saben, bla, bla, bla.
La campaña es diaria, explotando los muertos, la crisis económica, el laberinto que significa imponer restricciones en medio del creciente desempleo y la quiebra de empresas, mientras cada país lidia con sus propias realidades socieconómicas, como México, país con millones de habitantes que viven al día y que no pueden quedarse encerrados en casita viendo internet y comiendo palomitas.
Pero eso sí, ahora sabemos que el organizador de la fiesta “orgía de papis”, en la que fue detenido el diputado de extrema derecha húngaro del Parlamento Europeo, József Szájer, declaró que algunos invitados “intentaron desabrochar los pantalones de los policías” que irrumpieron repentinamente en el piso donde se celebraba, porque creyeron que eran parte del “juego” sexual.
En Bruselas durante días fue el chisme en los bares la detención de Jozsef Szajer, eurodiputado del partido del primer ministro húngaro, Víktor Orban, hombre de extrema derecha quien ha utilizado la pandemia para convertirse en un dictador en el corazón de Europa.
Szajer, al escuchar que la policía irrumpía en la fiesta gay que violaba las restricciones por el COVID19, intentó huir escurriéndose por el tejado y una tubería, de forma peliculesca.
Detenido con todo y su barba de mefistófeles, József Szájer, alegó “inmunidad parlamentaria”. El eurodiputado húngaro conocido por sus posturas homófobas y citado como ejemplo por el partido de la extrema derecha neofranquista española “VOX”, es uno de los miembros fundadores de “Fidesz”, que recientemente prohibió a las parejas homosexuales adoptar en Hungría.
Eso sí, en la orgía gay fueron descubiertos otros diplomáticos en plena pandemia en el primer piso de un edificio, ubicado encima de un café (llamado “El Desvío”) en el centro de Bruselas. Las 25 personas presentes, principalmente hombres, fueron todas multadas por las autoridades belgas por violar las reglas de la pandemia que sólo permiten reuniones de 10 personas.
Ciudadanos húngaros que habitan en Bruselas decidieron colocar una placa en la tubería de la que se descolgó, al estilo James Bond el eurodiputado József Szájer, quizá estimulado por el extasis que circulaba en la fiesta.
David Manzheley, el organizador del pandemonio en declaraciones al Daily Mail, reconoció que los participantes “no nos sentamos a beber té” o comer galletitas.
“De repente, toda mi sala de estar estaba llena de policías”, dijo en una entrevista con el medio holandés Het Laatste Nieuws, con sede en Bruselas.
Los policías “inmediatamente empezaron a gritar: ‘¡Cédula de identidad! ¡Ahora!”.
-Pero ni siquiera estábamos usando pantalones, ¿cómo en el nombre de Dios podríamos mostrar rápidamente nuestra tarjeta de identidad? -, explicó Manzheley, comprensiblemente.
Y bueno, mientras hay quienes las restricciones se las pasan por las pelotas, como vemos, en Alemania se anuncia la instalación de centros de vacunación por todo el país para llevar a cabo la inyección masiva de las vacunas anti COVID19 en cuanto estén disponibles, que se espera sea pronto. En lo que llegan, como señalamos, se suspendieron las clases y se impuso un encierro duro en la locomotora económica europea que promete más crisis.
En Milán, la capital económica de Italia, la gente, se agolpa en negocios, restaurantes y cafeterías, que las autoridades no logran controlar, como señalan los diarios italianos. El reporte del domingo en el país de la bota habla de 484 muertos en un día.
En Estados Unidos, a la par de que se anuncia el inicio de la vacunación masiva, investigadores advierten que “para salvar la economía, primero debemos salvar a la gente”.
Investigadores estadounidenses señalan, tras cruzar las cifras de crecimiento y mortalidad por la pandemia de COVID19 en muchos países, que la contención es eficaz, siempre que vaya acompañada de fuertes subsidios públicos. En los países, cuyas economías lo permitan, claro está.
Ante este aumento de casos en Estados Unidos, varios políticos, periodistas y empresarios están proclamando que el daño económico y para la salud de la contención es tan severo, si no peor, que el causado por el virus que supuestamente debe prevenir.
Sin embargo, los investigadores insisten en que las contenciones estrictas funcionan y dan resultados rápidamente, entre cuatro y seis semanas después de su inicio. Han logrado no solo ralentizar, sino prácticamente eliminar el virus en Australia, Nueva Zelanda, Islandia, China, Corea del Sur y Taiwán. Países que tienen en común, en gran medida, el aislamiento geográfico, para empezar.
Por lo pronto, el coronavirus no se irá pronto. El fin de año, como era previsible, provoca en muchos las ganas de salir a la calle, de irse de fiesta, incluidas orgías, como vemos. Y ahí viene la tercera ola mientras las vacunaciones milagrosas apenas inician, por lo que todo el 2021 se deberá vivir con la pesadilla de la pandemia. Y con las consecuencias, socioeconómicas, políticas, por no hablar del llanto y luto de tantas familias y personas. Será un fin e inicio de año agrio, por no decir triste, y desesperanzador para muchos.