Eduardo Lliteras Sentíes.- Los países ricos del planeta y sus gobiernos, presas del pánico y del ciego egoísmo, se han asegurado suficientes vacunas contra el coronavirus para proteger a sus poblaciones varias veces. Hasta cinco veces pueden ser vacunados todos los habitantes de Canadá para fines de 2021 por ejemplo.
Así lo advirtieron Amnistía Internacional y otras organizaciones lo que ciertamente privó a miles de millones de personas en las áreas más pobres del mundo de ser vacunados así como al personal hospitalario de las naciones del sur del planeta.
Amnistía y otras organizaciones, incluidas Frontline AIDS, Global Justice Now y Oxfam, instaron a los gobiernos y a la industria farmacéutica a tomar medidas para garantizar que la propiedad intelectual de las vacunas se comparta ampliamente.
“Casi 70 países pobres sólo podrán vacunar a una de cada diez personas contra el COVID-19 el próximo año a menos que se tomen medidas urgentes”, dijo Amnistía Internacional, basándose en cálculos recientes.
“Los datos actualizados muestran que las naciones ricas que representan sólo el 14 por ciento de la población mundial han comprado por lo menos el 53 por ciento de todas las vacunas más prometedoras hasta ahora”, dijo.
Amnistía también afirmó que Canadá es el país que había comprado más vacunas al considerar el tamaño de su población con dosis suficientes para vacunar a cada canadiense cinco veces.
Asimismo, Amnistía Internacional pidió apoyo a una propuesta hecha por Sudáfrica e India al Consejo de la Organización Mundial del Comercio para renunciar a los derechos de propiedad intelectual para las vacunas, pruebas y tratamientos COVID-19.
Las conversaciones de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre una propuesta de la India y Sudáfrica para suspender temporalmente las reglas de propiedad intelectual (PI) relacionadas con las vacunas y tratamientos COVID-19 se toparon con un obstáculo el jueves después de que los países ricos se resistieran a la idea, dice la agencia de noticias alemana DPA.
Ambas naciones dicen que la exención de propiedad intelectual permitirá a los fabricantes de medicamentos de países pobres comenzar la producción de vacunas efectivas antes.
India y Sudáfrica se habían dirigido al organismo de comercio mundial en octubre, pidiéndole que renunciara a partes del Acuerdo sobre los aspectos de los derechos de propiedad intelectual relacionados con el comercio (Acuerdo sobre los ADPIC). La suspensión de derechos como las patentes, los diseños industriales, los derechos de autor y la protección de la información no divulgada garantizaría “el acceso oportuno a productos médicos asequibles, incluidas vacunas y medicamentos, o la ampliación de la investigación, el desarrollo, la fabricación y el suministro de productos médicos esenciales para combatir la COVID -19 “, dijeron según un cable de la agencia DPA.
DPA advierte que la propuesta fue vehementemente opuesta por naciones ricas como Estados Unidos y Gran Bretaña, así como por la Unión Europea, quienes dijeron que una prohibición sofocaría la innovación en las compañías farmacéuticas al privarlas del incentivo para hacer grandes inversiones en investigación y desarrollo. Esto sería especialmente contraproducente durante la pandemia actual que necesita que los fabricantes de medicamentos se mantengan alerta para lidiar con un virus mutante, argumentan.
Mientras tanto, cada día es más claro que los países occidentales y sus gobiernos sucumbieron al pánico ante la epidemia de Covid-19.
Como ya advierten analistas muchos países no podrán vacunar a la mayoría de su población hasta 2023, lo que frenará su crecimiento y lastrará la recuperación económica global. Y aún más preocupante, esas regiones podrían incubar nuevas variantes del COVID19 que dejen inútiles las flamantes vacunas y los nuevos tratamientos sean ineficaces.
“Tenemos que reconocer que este virus no conoce fronteras, viaja por todo el mundo y la respuesta también debe ser global. Debe basarse en la solidaridad internacional”, dijo Ellen ‘t Hoen, directora de Ley y Política de Medicamentos – una organización sin fines de lucro que lucha por un mayor acceso a los medicamentos.
“Muchos de los fabricantes de vacunas a gran escala tienen su sede en países en desarrollo. Toda la capacidad de producción que existe debe ser explotada … y eso requiere que quienes la tienen en sus manos compartan conocimientos y tecnología”, dijo a la agencia alemana DW.