Redacción.- El Senado de los Estados Unidos absolvió este sábado al expresidente Donald Trump en el segundo juicio político en su contra por la toma violenta del Capitolio de enero del presente año. De esta forma Trump fue absuelto este sábado en su segundo juicio político (impeachment) y podrá seguir haciendo política.
La votación requería una mayoría de 67 para condenarlo, pero únicamente 57 senadores –siete republicanos– lo consideraron culpable por 43 que no lo hicieron así. El juicio duró solamente cinco días, cuando habitualmente puede prolongarse varias semanas, tampoco incluyó citación de testigos ni investigación previa. Los demócratas mostraron el violento ataque del 6 de enero junto a las palabras del ex presidente incitando a sus seguidores, apoyándose en una profusión de vídeos, muchos de los cuales inéditos y lo dejaron en paz.
Trump emitió un comunicado dando la bienvenida a la decisión, diciendo que su movimiento “apenas ha comenzado”.
57 congresistas (50 demócratas y 7 republicanos) votaron a favor de condenar a Trump, mientras que 43 optaron por absolverlo. Eran necesarios 67 votos (dos tercios del Senado) para declarar culpable al exmandatario. Los congresistas rechazaron acusar a Trump de haber incitado el ataque de la turba contra el Congreso que le costó la vida a 6 personas.
También lo exoneraron de haber puesto en grave peligro la seguridad de Estados Unidos y sus instituciones de gobierno, amenazando la integridad del sistema democrático e interfiriendo con el traspaso pacífico del poder.
Por su parte el expresidente Trump dijo después de la absolución: “Esta ha sido una fase más de la mayor caza de brujas en la historia de nuestro país. Ningún presidente ha pasado por algo así”.
Claramente la impunidad de Trump, tras convertir a su presidencia en un ejercicio de violación consuetudinaria de la ley y demolición de las instituciones democráticas, deja claro que se ha perdido cualquier salvaguarda frente al surgimiento de un gobierno autoritario en la mayor potencia militar del planeta, lo cual pone en riesgo no sólo a los ciudadanos estadunidenses, sino al mundo entero.